Mg. Ps. José Luis Rossi
Doctor en Psicoterapia. Magíster en Psicología Clínica...
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En el área de la salud mental es primordial conocer qué son y para qué sirven los medicamentos “estabilizadores de ánimo”. Para conocer de ellos en profundidad, desarrollamos este artículo Adipa, de la mano del docente experto PhD. Mg. Ps. José Luis Rossi.
Los estabilizadores de ánimo corresponden a una categoría de medicamentos fundamentales en el tratamiento de trastornos del estado de ánimo. Aunque su principal propósito es mantener un equilibrio emocional estable, su función puede ser variada.
Conoce todos sus detalles a continuación.
Los estabilizadores del ánimo son psicofármacos principalmente empleados en el tratamiento de trastornos del estado de ánimo, como el trastorno bipolar. Su utilidad se extiende también a otros trastornos, donde pueden ayudar a controlar la impulsividad y la labilidad afectiva, como en el trastorno límite de la personalidad y complementar el tratamiento de la depresión mayor.
En esta misma línea, los estabilizadores del ánimo pueden ser utilizados como anticonvulsivantes, siendo este su primer uso clínico, especialmente en el tratamiento de diversas formas de epilepsia.
Es importante destacar que en el contexto de estos trastornos, no sólo se usan para gestionar las fases agudas, sino que también desempeñan un rol profiláctico. Esto último, significa que permiten prevenir recaídas y previenen la conducta suicida.
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Estos fármacos funcionan a través de diferentes mecanismos para ayudar a estabilizar el estado de ánimo y controlar los síntomas de diversos trastornos del estado de ánimo.
Aunque no se conocen con exactitud los mecanismos de acción, la evidencia sugiere que actúan sobre varios neurotransmisores en el cerebro y mecanismos intra y extracelulares en el sistema nervioso central. Los principales neurotransmisores que modulan estos fármacos son la serotonina, la dopamina, el glutamato y el ácido gamma-aminobutírico.
En este sentido, “los estudios con neuroimágenes demuestran que muchos pacientes con trastornos del ánimo tienen disminución del volumen de algunas áreas del sistema nervioso central, particularmente reducción de neuronas y de glía” (Silva, H., 2001).
De acuerdo con ello, la implementación de litio, un tipo de estos fármacos, produce un aumento de producción de una proteína llamada bcl-2 en una parte específica del cerebro de ratones. Esta área llamada corteza frontal, es relevante porque recibe y envía señales desde y hacia otras partes del cerebro. Además, son las mismas áreas donde se han observado una reducción de neuronas y de glía de pacientes con trastornos y/o depresivos.
Por otro lado, estos fármacos disminuyen la excitabilidad neuronal en el cerebro, probablemente a través de mecanismos eléctricos, actuando sobre los canales de calcio y sodio a nivel neuronal.
Asimismo, contribuyen a regular distintos ritmos biológicos, como el ritmo sueño-vigilia, y la evidencia reciente sugiere que también podrían tener propiedades antiinflamatorias a nivel celular y promover la sinaptogénesis (creación de nuevas conexiones celulares). Estos últimos dos mecanismos sugieren un efecto terapéutico que podría ser también a largo plazo, es decir, no sólo durante el período que el paciente está tomado estos medicamentos, sino que algunos cambios podrían persistir tras la suspensión del tratamiento.
Es importante destacar que la monoterapia con antidepresivos debe evitarse en pacientes con trastorno bipolar, pues pueden empeorar sus síntomas.
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Existen tres principales tipos de estabilizadores del ánimo, el Carbonato de Litio, los Anticonvulsivantes y los Antipsicóticos atípico.
Este estabilizador del ánimo modula la actividad de neurotransmisores como la serotonina y la noradrenalina, y también afecta la señalización intracelular en el cerebro.
Se utilizan en el tratamiento del trastorno bipolar para prevenir episodios maníacos y depresivos.
Se utilizan como estabilizadores del ánimo y para la epilepsia. Se cree que actúan regulando la actividad de los neurotransmisores y estabilizando la excitabilidad neuronal.
Por ejemplo, la gabapentina, ácido valproico, lamotrigina, carbamazepina y topiramato.
Originalmente desarrollados para tratar la esquizofrenia, también se utilizan en el tratamiento del trastorno bipolar. Se cree que actúan modulando la actividad de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. En ocasiones se pueden utilizar en conjunto con otros estabilizadores o antidepresivos.
Por ejemplo, la clozapina, risperidona, quetiapina y aripiprazol.
Cabe señalar que cada uno de estos fármacos mantiene efectos adversos, algunos más severos que otros, por ello que es de suma relevancia los controles regulares con sus médicos. En este misma línea, la farmacogenómica emerge como una herramienta crucial para comprender la respuesta individual a estos medicamentos, subrayando la necesidad de investigaciones locales para personalizar el tratamiento y minimizar los riesgos para los pacientes. (Vallejos Narváez et al., 2022)
A pesar de que los antidepresivos y los estabilizadores del ánimo son dos tipos de medicamentos utilizados en el tratamiento de trastornos del estado de ánimo, tienen diferentes mecanismos de acción y se utilizan para diferentes propósitos.
Los antidepresivos actúan principalmente aumentando la disponibilidad de neurotransmisores como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina en el cerebro. Estos neurotransmisores están implicados en la regulación del estado de ánimo y la emoción. Se utilizan principalmente en el tratamiento de la depresión mayor y otros trastornos depresivos.
También pueden ser utilizados en el tratamiento de trastornos de ansiedad y trastornos obsesivo-compulsivos. Estos mecanismos son diferentes a los mecanismos de acción de los estabilizadores del ánimo que se explicaron previamente.
Es importante destacar que, ambos grupos de medicamentos pueden tardar un tiempo (semanas o meses) en lograr su efecto terapéutico completo.
En resumen, mientras que los antidepresivos se centran en aumentar la disponibilidad de neurotransmisores asociados con el estado de ánimo, los estabilizadores del ánimo se centran en regular la actividad neuronal y estabilizar el estado de ánimo para prevenir episodios maníacos o depresivos en trastornos como el trastorno bipolar. Ambos tipos de medicamentos son importantes herramientas en el tratamiento de los trastornos del estado de ánimo y pueden ser utilizados en combinación para obtener mejores resultados en algunos casos.
No obstante, la elección del medicamento adecuado depende de varios factores, incluyendo el tipo y la gravedad del trastorno, la presencia de otros trastornos y la respuesta individual al tratamiento. Siempre es recomendable consultar a un médico o psiquiatra para recibir una evaluación completa y un plan de tratamiento personalizado.
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