La abstracción es una habilidad mental clave que permite pensar más allá de lo concreto, comprender ideas complejas y establecer conexiones entre conceptos. Exploramos qué es, cómo se manifiesta en distintas ramas de la psicología y de qué manera puede estimularse o verse afectada.
¿Qué es la abstracción?
La abstracción es un proceso cognitivo mediante el cual las personas identifican elementos comunes entre distintas experiencias y forman ideas generales a partir de ellas. Al centrarse en las características esenciales, permite dejar de lado los detalles particulares y construir conceptos más amplios. Por ejemplo, al observar varios animales, una persona puede formar el concepto general de “animal” sin referirse a una especie específica. En psicología, se considera una capacidad clave para el pensamiento complejo, el aprendizaje y el desarrollo del lenguaje.
Según el American Psychological Association (2022), este proceso incluye:
- La formación de conceptos generales a partir de similitudes.
- La comprensión de ideas intangibles, como verdad o bondad.
- La discriminación basada en una sola propiedad dentro de estímulos compuestos, en el contexto del condicionamiento.
Aunque su función es central en la cognición, los mecanismos específicos que la hacen posible aún se estudian desde la psicología cognitiva y la neurociencia.
Características del pensamiento abstracto
El pensamiento abstracto permite trabajar con ideas complejas que no están ligadas a un objeto concreto o presente. Algunas de sus cualidades principales incluyen:
- Reflexión sobre elementos no presentes: permite traer a la mente objetos o situaciones que no están frente a nuestros ojos, y razonar sobre ellos.
- Comprensión de conceptos intangibles: como justicia, libertad, felicidad o moral.
- Profundidad de análisis: facilita la comprensión de causas, consecuencias y relaciones complejas entre eventos.
- Pensamiento metacognitivo: permite reflexionar sobre los propios pensamientos, valores y emociones.
- Interpretación diversa de situaciones: es clave para entender distintas perspectivas ante un mismo hecho.
- Detección de relaciones entre elementos: ayuda a establecer conexiones entre conceptos, incluso en contextos nuevos.
- Pensamiento científico: es esencial para formular y comprobar hipótesis, usar lógica inductiva y deductiva, y aplicar principios generales a casos particulares.
¿Cómo se aplica la abstracción en la psicología?
La abstracción cumple un rol central en diversas áreas de la psicología, ya que permite identificar patrones, construir conceptos y responder de manera flexible ante situaciones nuevas. A continuación, se detallan algunas de sus principales aplicaciones por enfoque:
Psicología cognitiva
La abstracción está en el núcleo de funciones como la categorización, la resolución de problemas y el razonamiento simbólico. Se considera una habilidad de orden superior, estrechamente vinculada al funcionamiento ejecutivo. Investigaciones en neurociencia cognitiva señalan que este proceso involucra especialmente a la corteza prefrontal dorsolateral, asociada con el pensamiento lógico y la planificación (Badre & D’Esposito, 2009).
Psicología del desarrollo
Esta rama estudia cómo los individuos, desde la infancia, progresan hacia formas de pensamiento más complejas. Jean Piaget (1972) planteó que la capacidad de abstracción emerge durante la etapa de las operaciones formales, aproximadamente entre los 11 y 12 años. A partir de allí, los adolescentes comienzan a razonar sobre hipótesis, valores éticos y principios universales.
Psicología clínica
En el contexto terapéutico, especialmente en enfoques cognitivos, se trabaja con el paciente para reformular pensamientos rígidos o disfuncionales hacia interpretaciones más abstractas y adaptativas. Por ejemplo, pasar de “cometí un error, soy un fracaso” a “los errores son parte del aprendizaje y no definen mi valor” (Beck, 2011).
Análisis de la conducta
Desde esta perspectiva, la abstracción se interpreta como un logro conductual: la capacidad de responder de manera similar a una clase de estímulos que comparten una propiedad funcional, aun cuando sus características físicas difieran.
Este fenómeno se estudia a través de procesos como la generalización, la categorización y la formación de conceptos (Keller & Schoenfeld, 1950; Villamil & Quiroga-Baquero, 2020). Modelos más recientes, como los de Ribes y López (1985), proponen niveles de abstracción en función del tipo de relación entre estímulo, respuesta y contingencia.
Condiciones que pueden alterar la capacidad de abstracción
Existen diversas condiciones clínicas y del neurodesarrollo que pueden alterar esta función cognitiva:
- Trastornos del espectro autista (TEA): puede haber dificultades para comprender conceptos abstractos o interpretar lenguaje figurado.
- Deterioro cognitivo y demencias: como en la enfermedad de Alzheimer, donde se ve afectada la capacidad de generalizar o razonar sobre situaciones no concretas.
- Trastornos del aprendizaje: como la dislexia o discalculia, donde la abstracción simbólica puede verse comprometida.
- Trastornos del lenguaje: que dificultan la comprensión y producción de conceptos generales o abstractos.
¿Cómo se puede estimular el pensamiento abstracto?
Aunque esta habilidad se desarrolla naturalmente a lo largo de la vida, puede fortalecerse mediante ejercicios y experiencias que estimulen el razonamiento complejo:
- Lectura regular: fomenta la imaginación, el análisis simbólico y la interpretación de ideas no literales.
- Reflexión y debates: pensar sobre causas, consecuencias y significados permite profundizar en las ideas.
- Actividades artísticas: como escribir, pintar o tocar música, ya que promueven asociaciones nuevas y pensamiento simbólico.
- Resolución de problemas o juegos de estrategia: ayudan a identificar patrones, reglas y principios generales aplicables a nuevos contextos.
- Educación interdisciplinaria: integrar conocimientos de distintas áreas favorece el desarrollo de modelos mentales más complejos.
Fuentes
American Psychological Association. (2022). APA Dictionary of Psychology. https://dictionary.apa.org/abstraction
Badre, D., & D’Esposito, M. (2009). Is the rostro-caudal axis of the frontal lobe hierarchical? Nature Reviews Neuroscience, 10(9), 659–669. https://doi.org/10.1038/nrn2667
Beck, J. S. (2011). Terapia cognitiva: Teoría y práctica. Desclée De Brouwer.
Piaget, J. (1972). La epistemología genética. Ariel.
Villamil B., C.-W., & Quiroga-Baquero, L. A. (2020). Análisis del concepto de abstracción y su uso en referencia a las relaciones conductuales. Pensamiento Psicológico, 18(1). https://doi.org/10.15332/22563067.5404