Descripción del programa:
El desarrollo emocional y la integración sensorial están estrechamente vinculados y son fundamentales para el bienestar y el funcionamiento diario, especialmente en niños y niñas. La integración sensorial se refiere a cómo el sistema nervioso recibe, procesa y responde a la información sensorial, y este proceso es esencial para mantener la estabilidad emocional al permitir una adecuada interpretación y reacción a los estímulos del entorno.
Desde el punto de vista neurobiológico, las experiencias sensoriales impactan el sistema límbico, que es clave en la gestión de las emociones. Una integración sensorial eficiente facilita la regulación de las respuestas emocionales, ayudando a los niños a mantener la estabilidad y a manejar el estrés. En cambio, las disfunciones en este proceso pueden desencadenar problemas emocionales como ansiedad e irritabilidad. Los niños que integran bien las sensaciones tienden a desarrollar mejor su autoestima y habilidades sociales, mientras que aquellos con dificultades sensoriales pueden mostrar reacciones emocionales desproporcionadas y problemas de comportamiento.
Es vital que los profesionales en educación y en la atención clínica de infantes y jóvenes comprendan los alcances y estrategias de abordaje asociadas a esta temática. La formación en integración sensorial les permite identificar y tratar adecuadamente las dificultades sensoriales, aplicando estrategias que también favorecen la regulación emocional, contribuyendo así al bienestar de los niños y niñas durante su crecimiento.
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