PhD. María Paz Diban
Doctor (c) en Psicología Clínica y Psicoanálisis....
Durante la primera infancia, todos los bebés, niños y niñas necesitan protección, nutrición y estimulación para que su cerebro se desarrolle correctamente.
Los progresos en el campo de la neurociencia han contribuido de manera significativa respecto a la relevancia desarrollo cerebral durante la primera infancia.
Gracias a estos avances, sabemos que en los primeros años, los cerebros de los bebés forman nuevas conexiones a una velocidad asombrosa. Según el Centro para el Niño en Desarrollo de la Universidad de Harvard, estima que se producen más de 1 millón cada segundo, a un ritmo que nunca más se volverá a repetir en el transcurso de la vida..
Durante el proceso de desarrollo cerebral, los genes y las experiencias que viven inciden de manera directa. Es por esto que, una buena nutrición, protección y estimulación a través de la comunicación, el juego y la atención receptiva de los cuidadores, son altamente influyentes para las conexiones neuronales. Y es esta combinación, de lo innato y lo adquirido, son los aspectos que establece las bases para el futuro de los niños.
Para conversar sobre esta materia, entrevistamos a la psicóloga y máster en Psicopatología y Psicoanálisis, María Paz Dibán.
Según nos explicó la psicóloga, los gestos de los bebés desde un primer momento nos van contando cómo ellos van percibiendo el mundo y cómo se están sintiendo respecto a ciertos estímulos. “Desde ahí pueden surgir algunas señales, que pueden indicar que un bebé no esté en orden con su respectivo desarrollo y pueda tener algún tipo de problema psicológico, psicomotor, adaptativo”.
María Paz Dibán, mencionó que signos como la mirada y la voz, son imprescindibles para tener en cuenta durante los primeros meses de vida. Por ejemplo, cuando un bebé no puede mirar los ojos a su madre, padre o cuidador y tampoco sigue con la mirada la voz de ellos , ya da cuenta de que hay un signo del que hay que ocuparse, para ver si está todo bien y en orden.
Otros síntomas que también son frecuentes, suelen tener relación con la irritabilidad permanente, llanto prolongado, dificultades en el sueño, dificultades para conectarse con sus cuidadores.
Con el paso del tiempo y el crecimiento del bebé, las señales de alarma van cambiando en relación al hito de desarrollo en el que el niño se encuentre. “Es muy distinto lo que tenemos que evaluar a los 3 meses, a los 6, 12 y 18 meses”, además añadió, “después entra el tema del gateo, la imitación, otras conductas más sociales”.
María Paz Dibán, explica que la primera infancia se considera desde la etapa prenatal y postnatal temprano (hasta los 3 años), sin embargo, se puede prolongar hasta los 5 años, dependiendo del país y la cultura.
Cuando hablamos de detección e intervención precoz, los especialistas hacen alusión principalmente a los 2 primeros años de vida de un niño o niña, los cuales son vitales en el proceso de desarrollo.
Para la psicóloga, uno de los aspectos más relevantes en un proceso de intervención precoz es, “leer al bebé o al niño en su contexto socioafectivo es esencial, observar su relación con sus figuras de apego, su relación con el espacio terapéutico y la relación con la cultura en la que está inserto”.
Desde la perspectiva de Dibán, es primordial tener una percepción amplia y multiprofesional, entendiendo que el desarrollo abarca; lenguaje, áreas cognitivas, motoras, psicomotoras, afectivas , entre otras.
“Uno de los mayores desafíos creo que es el lenguaje, los bebés no hablan y los niños hasta los 2 años hablan poco, entonces, poder entenderlos tiene que ver con poder leer otros códigos que no son a los que estamos acostumbrados”.
La profesional explica que su trabajo radica en leer signos, gestos, movimientos corporales y movimientos relaciones, los cuales le pueden ayudar a entender cómo se organiza un bebé, niño o niña. Este último punto, es para ver cómo esa organización se va poniendo en juego en sus entornos inmediatos.
Estudios indican que estos dos últimos años en términos de pandemia el aumento de la ansiedad se ha acrecentado, también la irritabilidad y de ansiedad de separación en niños que se encuentran en etapa preescolar, específicamente en jardines infantiles. Por otro lado, cabe destacar que las posibilidades de autoregulación han disminuido, lo que impacta profundamente a las relaciones de pares, con figuras de autoridad y la adaptación al contexto escolar.
Las estrategias utilizadas de intervención en primera infancia dependen del especialista que este interviniendo, está la estimulación temprana, la terapia ocupacional, la psicología y la neurología. También, la estrategia va a depender del área del desarrollo que esté en deficit.
Para María Paz Dibán, la intervención tiene que estar bien pensada en niño o niña y su familia, porque los profesionales deben ser capaces tener un bagaje de estrategias para comprender cada situación particular.
Te interesa seguir leyendo sobre este tema, entonces te invitamos a revisar nuestro blog Intervenciones terapéuticas en infancia y adolescencia, para más información.
El curso en vivo ya se realizó, pero aún puedes inscribirte y ver las sesiones grabadas. Esto no afecta tu calificación y/o certificación. Disponible por pocos días.
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