Ed. Andrés Rivera Duarte
Profesor, Investigador y consultor en Derechos Humanos...
¿Cómo sería el mundo si todos los niños, niñas y jóvenes tuvieran las herramientas, el conocimiento y los recursos para desafiar el statu quo y defender la igualdad de género desde una edad temprana?
Todas y todos somos conscientes que la educación tiene un enorme poder de transformación. Sin embargo, el potencial de los sistemas educativos para lograr la igualdad y la equidad de género, y cumplir su promesa para con toda la niñez, no se ha aprovechado por completo.
Aún quedan muchas aristas que deben ser contempladas, siendo una de ellas, el enfoque de género.
Debido a la importancia del tema, conversamos con un experto en la materia, quien nos comentó el escenario actual de la educación frente a esta, aspectos a considerar y algunas consideraciones a la hora de abordar la perspectiva de género en el aula.
Andrés Rivera Duarte, académico, investigador, consultor capacitador en DDHH e identidad de género, cuenta con una gran trayectoria de activismo, por lo que conoce desde muy cerca las falencias que en la actualidad afectan al sistema educativo.
Educar con perspectiva de género significa reconocer y promover que niños, niñas y adolescentes tienen el mismo potencial de aprendizaje y desarrollo, y las mismas posibilidades de disfrutar por igual de aquellos bienes socialmente, como; oportunidades, recursos y recompensas de manera independiente a sus diferencias biológicas.
Rivera menciona que para poder comprender esta temática, se vuelve necesario entender el concepto de género. “Usualmente se cree que el género hace alusión a lo femenino, pero son las construcciones sociales y culturales que tenemos los seres humanos, lo que significa que no nos podemos centrar en lo femenino y lo masculino, sino que también podemos incorporar la identidad de género”.
Continuando con esto, el experto menciona que, “la identidad de género es cómo los seres humanos nos sentimos realmente y cómo nos identificamos, y esto es independiente de los genitales con los cuales nacemos”.
Bajo esta comprensión, Andrés explica que educar con perspectiva de género es fundamental para una sociedad equitativa, porque esta perspectiva busca eliminar las desigualdades basadas en el género, promoviendo la igualdad de oportunidades y la inclusión de todos los grupos y personas sin discriminación.
Esto permite crear una cultura de respeto y promover la participación de todos los miembros de la comunidad. La educación con perspectiva de género también ayuda a desarrollar empatía, la comprensión de los derechos humanos y la eliminación de estereotipos de género. Estas habilidades son importantes para promover la justicia social y la igualdad en la sociedad.
De acuerdo a un análisis de las condiciones actuales de la educación con perspectiva de género, Rivera es categórico, “se debe saldar una deuda, lamentablemente la educación está enfocada en lo que consiguen los hombres, a nivel, matemático, biólogo e histórico, por lo tanto, tiene una mirada muy sesgada y poco equilibrada en comparación a la mujer”.
El sistema educativo es un espacio donde se reproducen las relaciones sociales, influyendo y afectando la adquisición de conocimientos y la construcción de identidades y aspiraciones a futuro de niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos partícipes del sistema.
Es por esto que se vuelve necesario trabajar de manera integral y desde muy temprana edad en este sentido, siempre en relación a la etapa de desarrollo en la que se encuentren niños, niñas y adolescentes.
Para Andrés Rivera, es esencial promover desde la primera infancia la educación con perspectiva de género, por ejemplo, el experto menciona que en etapas iniciales se puede comenzar abordar el cuerpo humano y sus cuidados, resguardando el respeto y autocuidado.
Según detalla, lo descrito daría pie a una comprensión inicial del cuerpo y su importancia, ya con esto en mente, se puede comenzar a conversar sobre diversidad, roles de género y estereotipos. En etapas posteriores la educación sexual integral es primordial.
En esta línea, desde las diversas aristas que forman parte del sistema educacional, se puede avanzar en materias como:
Hablar de género permite a las personas reconocer que las relaciones entre las ellas están mediadas por las construcciones sociales y culturales que se hacen en base al sexo biológico, las que conducen a la definición que cada persona tiene como hombre o mujer con identidades, expresiones y orientaciones diversas.
Es así, como el género se vuelve un elemento constitutivo de las relaciones sociales, configurando relaciones de poder, históricas y socioculturales entre mujeres, hombres, otras identidades de género (trans) y orientaciones sexuales (homosexuales, lesbianas, etc.).
En este punto, la escuela es uno de los principales espacios de socialización de las personas desde sus primeros años, encargándose de desarrollar conocimientos y aprendizajes sobre los más variados ámbitos de la vida.
El sistema educativo es un espacio donde se reproducen las relaciones sociales, influyendo y afectando la adquisición de conocimientos y la construcción de identidades y aspiraciones a futuro de niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos partícipes del sistema.
Los docentes son un pilar fundamental en este sentido, su propio papel como educadores los señala como agentes de cambio y modelos a seguir para las niñas y los niños. Por ello, es importante que dentro de la escuela ellos/as puedan contemplar:
Finalmente, para avanzar en la política pública de género y educación se requiere de la vinculación entre los diferentes ámbitos de gobierno: federal, estatal y municipal, y de la sociedad civil organizada. Esto implica generar canales permanentes de consulta, participación y seguimiento que garanticen la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, su pleno desarrollo de competencias de vida y el ejercicio de sus derechos.
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