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Convivencia Escolar: Más que una normativa, su centro está en lo humano

En conmemoración al Día de la Convivencia Escolar 2024, la docente de Adipa y profesional dedicada al área, Mg. Ed. Natalia Tapia, realizó una columna de opinión para todos ustedes, con el objetivo de informar y reflexionar sobre la actualidad escolar.

Convivencia Escolar: Más que una normativa, su centro está en lo humano

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La forma en que se comprende el término convivencia escolar marca el destino de abordaje en el contexto escolar. Como definición refiere a “la calidad de relaciones humanas que se da entre los actores de la comunidad educativa” (Política Nacional de Convivencia Escolar, 2018), pero en lo práctico, en más ocasiones de lo necesario, se hace referencia a evitar situaciones de violencia escolar. Esto último es distinto al corazón de la normativa, la cual busca promover modos de convivir basados en el trato respetuoso, la inclusión, la participación democrática y colaborativa, y la resolución pacífica y dialogada de los conflictos.

El lugar desde donde se observa la convivencia influye en los acentos de los planes de acción que cada establecimiento pondrá en marcha. Muchas veces, la realidad escolar también dirige el faro de la ruta, la que en la actualidad ha estado marcada por el aumento preocupante de la violencia escolar en nuestro sistema educativo.

Es imperativo que se redirija la mirada al centro de la convivencia escolar, que está en el buen trato y en el fortalecimiento de los vínculos afectivos entre el docente y sus estudiantes. Es aquí donde está la “receta” que necesitamos abordar: la formación en lo emocional y social. Es la única forma de realmente alejar de nuestras escuelas la violencia en todas sus formas.

¿Qué implica la convivencia?

La convivencia hay que construirla y, por lo tanto, requiere de tiempos, procesos y aprendizajes. La convivencia es un arte que hay que aprender: “tienes que aprender a convivir con los demás” (Jiménez Romero, 2005).

En la práctica, la convivencia requiere de tolerancia, flexibilidad, respeto y el establecimiento de normas comunes, donde se enfatiza no solo en la relación con un otro distinto, diferente, sino que también en lo que une, en lo que converge.

En el desarrollo cotidiano de la convivencia no está la ausencia de conflictos, sino más bien, la necesidad de abordarlos de forma pacífica y respetuosa; acá la clave de evitar hechos de violencia.

La convivencia es clave para la inclusión

La inclusión como paradigma se expresa en la interacción y en los diversos componentes de una relación de convivencia, ya que no solo está relacionada al acceso de los estudiantes a una educación de calidad y equitativa, sino también con la minimización de las barreras al aprendizaje y la participación.

¿Cuáles son las claves al momento de abordar la convivencia escolar?

  1. Comprender que se mejora la convivencia a través de la convivencia misma, esa que se da de forma diaria y cotidiana. Donde la formación en valores como el respeto, la empatía, el buen trato y la búsqueda de una convivencia inclusiva y democrática son ejes centrales de todo plan de trabajo.
  2. Establecer formas de interacción y participación de todos y cada uno de los actores de la comunidad educativa, donde se facilite el sentido de pertenencia a la cultura y expresión social de cada establecimiento.
  3. La resolución de conflictos a través del diálogo, donde la conversación es el centro para abordar desacuerdos propios de la interacción entre personas, lo cual debe ser abordado de forma transversal e incluido en el proceso curricular.

Clima escolar

El clima escolar es otro factor que debe ser abordado al momento de establecer planes de mejora en la convivencia. Es comprendido como el conjunto de percepciones que tienen los integrantes de la comunidad educativa respecto al contexto en el cual desarrollan sus actividades habituales (Arón y Milicic, 2017), quienes a su vez, establecen que se pueden determinar climas sociales tóxicos o climas sociales nutritivos, a partir de las siguientes características:

Características nutritivas Características tóxicas
Percepción de un clima de justicia Percepción de injusticia
Predomina la valoración positiva Predomina la crítica
Tolerancia a los errores Sobrefocalización en los errores
Sensación de ser alguien valioso Sensación de ser invisible
Sentido de pertenencia Sensación de marginalidad, de no pertenencia
Conocimiento de las normas y consecuencias de su transgresión Desconocimiento y arbitrariedad en las normas y las consecuencias de su transgresión
Flexibilidad de las normas Rigidez de las normas
Sentirse respetado en su dignidad, en su individualidad, en sus diferencias No sentirse respetado en su dignidad, en su individualidad, en sus diferencias
Acceso y disponibilidad de la información relevante Falta de transparencia en los sistemas de información
Favorece el crecimiento personal Interfiere con el crecimiento personal
Estimula la creatividad Pone obstáculos a la creatividad
Permite el enfrentamiento constructivo de conflictos No enfrenta los conflictos o los enfrenta autoritariamente.

Fuente: Arón y Milicic, 2000.

Indicador de clima de convivencia escolar

El Ministerio de Educación establece como indicador a las percepciones y actitudes que tienen los estudiantes, docentes y apoderados respecto de la presencia de un ambiente de respeto, organizado y seguro en el establecimiento educacional, el cual contiene las siguientes dimensiones:

  • Ambiente de respeto: percepciones y actitudes que tienen los estudiantes, docentes y apoderados en relación al trato respetuoso entre los miembros de la comunidad educativa, la valoración de la diversidad y la ausencia de discriminación en la escuela.
  • Ambiente organizado: percepciones que tienen los estudiantes, docentes y apoderados sobre la existencia de normas claras, conocidas, exigidas y respetadas por todos, y el predominio de mecanismos constructivos de resolución de conflictos.
  • Ambiente seguro: percepciones que tienen los estudiantes, docentes y apoderados en relación al grado de seguridad y de violencia física y psicológica al interior del establecimiento, así como la existencia de mecanismos de prevención y de acción ante estas.

Rol docente en el desarrollo de una óptima convivencia escolar

La escuela de hoy tiene nuevos desafíos y uno de ellos es la importancia de que sea un espacio donde no solo se entreguen conocimientos, sino que también se desarrolle la integralidad del estudiante, lo que conlleva un cambio en el rol docente, sumando a la dimensión disciplinar, el compromiso con la formación y el desarrollo de actitudes, valores y habilidades en los estudiantes que fomenten su bienestar personal y mejoren a su vez, su calidad de vida.

Una de las estrategias que los docentes pueden implementar para responder a los requerimientos en este rol formativo, es la educación emocional.

Una concepción de educación emocional es aquella planteada por Rafael Bisquerra (2000), que la considera como “un proceso educativo, continuo y permanente, que busca el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo humano, con ello para capacitarle para la vida y con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social”. Se propone el desarrollo integral de la persona a nivel físico, intelectual, moral, social y emocional.

Esta estrategia permite abordar la atención formativa de los estudiantes, desde un modelo de desarrollo de competencias emocionales, llamado Modelo Pentagonal.

Modelo Pentagonal (Competencias emocionales)

El Modelo Pentagonal, elaborado por Bisquerra y Pérez Escoda (2007), constituye el marco teórico en el cual se basa el desarrollo del programa de autocuidado y bienestar emocional docente.

Este modelo clasifica las competencias emocionales en cinco bloques principales: conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional, competencia social y competencias para la vida y el bienestar.

El vínculo profesor/estudiante, eje de articulación

Fomentar el vínculo entre los docentes y sus estudiantes es un elemento crucial para potenciar las relaciones interpersonales sanas y positivas, y con ello, mejorar la convivencia escolar. Para esto, existen algunas estrategias prácticas a considerar:

  • Acciones que favorezcan la confianza y comunicación.
  • Relacionarnos de manera auténtica.
  • Estar atento a identificar las necesidades diferentes.
  • Desarrollar acciones con el grupo curso que favorezcan ambientes de relaciones gratificantes.

“En el desarrollo de una convivencia escolar bien tratante, está la oportunidad de volver al corazón de la educación, que es la formación del ser en su integralidad”

Bibliografía

  • Arón, A. Milicic, N. Sánchez, M. Subercaseaux, J. (2017). Construyendo juntos: claves para la convivencia escolar.
  • Bisquerra, R. Pérez, N. (2007). Las competencias emocionales Educación XXI, vol. 10, 2007, pp. 61-82 Universidad Nacional de Educación a Distancia Madrid, España.
  • MINEDUC (2019). Política Nacional de convivencia escolar.
  • Fuentes, P. (2021). Lazos significativos entre educadores y estudiantes.
  • Mena, I., Bugueño, X., Valdés, A.M. (2015). Vínculo pedagógico positivo: principios para su desarrollo. Ficha VALORAS actualizada de la1ª Edición año 2008.
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