Mg. Ps. Jennyfer Araya
Magíster en Psicología Infanto-Juvenil en Contexto Escolar....
Tras los incendios que afectaron a nuestro país, surgen dudas e inquietudes en las personas sobre dónde buscar ayuda psicológica. Por eso, en esta columna de opinión, la docente y experta en el tema, Mg. Ps. Jennyfer Araya, destaca la importancia de los primeros auxilios psicológicos (PAP) y la necesidad de perfeccionarse en ellos.
En nuestro país, las catástrofes naturales están presentes como parte de nuestra idiosincrasia. En los últimos años, hemos experimentado terremotos, aluviones, tsunamis, erupciones de volcán, desbordes de ríos, marejadas, además de enfrentar una pandemia que nos tuvo encerrados dos años.
Estas crisis ponen a las personas en una situación extrema en la que la incertidumbre lleva al máximo nuestras capacidades psicológicas, racionales y emocionales, donde las necesidades a resolver son muchas y los recursos disponibles son escasos.
Muchas veces hemos escuchado que somos resilientes o que nuestra capacidad de resiliencia pareciera ser probada anualmente. Según la American Psychological Association, “la resiliencia es el proceso para adaptarse bien a la adversidad, ya sea un trauma, una tragedia, una amenaza o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares, interpersonales o de salud, o situaciones estresantes a nivel laboral o financiero”.
Cada año nos vemos envueltos en situaciones no solo de carácter natural, sino que pueden ser situaciones personales, de pareja o familiares complejas.
Actuar a tiempo dentro de una situación de crisis, entregando los primeros auxilios psicológicos, nos permite poder disminuir aquellos riesgos a largo plazo, permitiéndonos evitar secuelas más graves, como trastornos por estrés post traumáticos, crisis de pánico, depresión o ansiedad. Hoy en día, sabemos que para prestar los primeros auxilios psicológicos debemos estar formados y orientados correctamente.
Estos primeros auxilios psicológicos pueden ser entregados por cualquier persona que haya recibido la capacitación adecuada; incluso, muchos autores sostienen que la población, en general, debe tener conocimiento sobre herramientas de ayuda. Ya que las intervenciones son principalmente acotadas y puntuales, el manejo principal es el primer contacto con el paciente o víctima y eso podría hacerlo cualquier personas que tenga formación, independiente de si es o no profesional de la salud.
Afortunadamente, hoy en día existe una rama de la psicología que está enfocada en “estudiar los distintos cambios y fenómenos personales presentes en una situación de peligro, sea esta natural o provocada por el hombre en forma causal o intencional”(Araya, 2013).
Valero en el 2001 sostiene que: “Aquella rama de la psicología que se orienta al estudio de las reacciones de los individuos y de los grupos humanos en el antes, durante y después de una situación de emergencia o desastre, así como la implementación de estrategias de intervención psicosocial orientadas a la mitigación y preparación de la población. Esto nos permitiría saber cómo optimizar la alerta, evitando y reduciendo las respuestas no adaptativas durante el impacto del evento y facilitando la posterior rehabilitación y reconstrucción”.
Por eso los principales objetivos de los PAP son:
Para esto, contamos con algunos pasos que nos orientan a las prioridades del apoyo.
Es probable que después de un desastre o una situación de emergencias, luego de haber entregado los primeros auxilios psicológicos, debamos hacer una derivación o una intervención con un psicólogo de emergencias que estará acompañando el caso durante más tiempo. Para eso, es fundamental que el psicólogo cuente con la preparación técnica, psicológica y emocional, para hacer frente a estas variadas contingencias. Es imprescindible que tenga la preparación técnica y también una gran vocación, para trabajar tanto a nivel individual como grupal, con una visión clara para poder gestionar el tiempo y los recursos.
Que tenga aptitudes sociales, un buen manejo en las técnicas de comunicación, conocimiento sobre el comportamiento de las masas y conocimiento específico sobre las técnicas de intervención de emergencias, pareciera ser fundamental para trabajar creando un ambiente de protección y asistencia, promoviendo un clima de confianza en las personas que se encuentran afectadas.
El profesional que trabaje apoyando a personas desde la salud mental, ya sea en situaciones de emergencia o en situaciones de intervención clínica, debe tener la claridad y la responsabilidad de entender que su propia salud mental es también su principal instrumento de trabajo. Por lo que tener conciencia de autocuidado es fundamental para poder entregar un buen apoyo.
El curso en vivo ya se realizó, pero aún puedes inscribirte y ver las sesiones grabadas. Esto no afecta tu calificación y/o certificación. Disponible por pocos días.
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