La cognición es toda forma de conocimiento y conciencia, tales como la percepción, abstracción, memoria, razonamiento, discriminación y resolución de problemas.
La cognición se refiere a los procesos mentales implicados en la obtención, estructuración, retención, recuperación y aplicación de la información. Constituye un proceso crucial de la experiencia humana que abarca una amplia variedad de ejercicios mentales y técnicas de pensamiento.
Incluye la forma en que los individuos acumulan, manejan, almacenan y emplean los datos para dar sentido al mundo que les rodea y tomar decisiones. Además, la cognición no se limita a la perspectiva individual, sino que se extiende a la interacción social; de ahí surge la noción de cognición social, que se centra en cómo las personas procesan la información relacionada con otros individuos, como la percepción de las emociones, la interpretación de las intenciones y la toma de decisiones en contextos sociales.
En el desarrollo humano, la cognición también desempeña un papel esencial y se estudia a través de la cognición en los niños, donde se centra en comprender cómo los niños adquieren habilidades cognitivas a medida que crecen. Esto incluye el desarrollo de su capacidad para el pensamiento abstracto, la resolución de problemas y el aprendizaje a través de la interacción con su entorno, con otros niños y adultos.
Por otra parte, la cognición distribuida se refiere a la idea de que la cognición no se limita al cerebro del individuo, sino que puede ampliarse mediante interacciones con el entorno y otros individuos. En otras palabras, la mente no se limita a “la cabeza”, sino que puede expandirse y aprovechar los recursos externos para resolver problemas y tomar decisiones.
