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Dispraxia: Abordaje desde la terapia ocupacional con enfoque del modelo de integración sensorial

La dispraxia es una condición del neurodesarrollo que afecta la planificación y ejecución de movimientos, impactando la vida diaria. En este artículo, junto a la TO. Denisse Alvear, exploramos sus manifestaciones, su relación con otras condiciones y cómo la terapia ocupacional puede ser clave en su abordaje

Dispraxia: Abordaje desde la terapia ocupacional con enfoque del modelo de integración sensorial

La Dispraxia es una condición que afecta la capacidad de idear, planificar y ejecutar acciones y movimientos coordinados y con propósito, para entregar una respuesta adaptativa frente a los desafíos del entorno.Aunque se ha comprobado su origen neurológico, sigue siendo un tema poco investigado y carece de un diagnóstico médico estandarizado. En el ámbito de la terapia ocupacional, se diagnostica desde el modelo de integración sensorial, identificando distintas dificultades en el proceso de praxis, que pueden influir en la vida cotidiana de quienes la presentan.

En este artículo, exploraremos qué es la Dispraxia, cómo se manifiesta y cuál es su impacto en la vida diaria. Además, analizaremos estrategias terapéuticas con el valioso aporte de la experta, TO. Denisse Alvear Muena.

¿Qué es la Dispraxia?

La Dispraxia es una condición de origen neurológico que afecta la ideación y el planeamiento motor de las personas, dificultando la ejecución de movimientos coordinados, que responden a los desafíos del entorno en diferentes etapas del ciclo vital. Aunque no se considera en sí mismo ni una enfermedad, sí interfiere con diversas habilidades motoras y actividades cotidianas a lo largo de la vida. En términos clínicos, la dispraxia se diferencia del trastorno del desarrollo de la coordinación, el cual agrupa dificultades motoras más amplias y cuenta con mayor reconocimiento dentro de la literatura médica.

Las personas con dispraxia pueden presentar torpeza motora, dificultad para sostener objetos y problemas con tareas que requieren coordinación fina y gruesa, como escribir o montar en bicicleta. La experta, TO. Denisse Alvear, destaca que esta condición no desaparece con el tiempo, sino que las personas aprenden a convivir con ella a través de estrategias de adaptación y apoyo terapéutico. Esto se debe a que, como parte de los diagnósticos de integración sensorial que pueden presentar las personas, es también una condición neurodivergente.

La praxis y sus etapas

https://adipa.cl/glosario/neurodivergente-o-neurodivergencia/Para comprender mejor la dispraxia, es fundamental comprender la definición de praxis, que es el proceso que nos permite planificar y ejecutar movimientos de manera eficiente. Este mecanismo es clave para el desarrollo de habilidades motoras y la realización de actividades diarias. Cuando la praxis se ve afectada, como en la Dispraxia, pueden surgir dificultades en la coordinación, planificación de movimientos, y con esto, en las respuestas adaptativas. A continuación, se detallan las tres etapas fundamentales del proceso de la praxis:

  1. Ideación: Formar una idea sobre qué hacer y cómo hacerlo.
  2. Planeamiento: Organizar mentalmente los pasos necesarios para ejecutar la acción.
  3. Ejecución: Llevar a cabo la acción con movimientos coordinados y precisos.

Síntomas de Dispraxia

Las dificultades en la praxis pueden aparecer desde edades tempranas. Aunque la dispraxia no suele diagnosticarse formalmente en la infancia, algunos signos pueden indicar su presencia, como:

  • Dificultad en las actividades de la vida diaria, incluyendo vestirse, actividades de higiene o alimentación.
  • Torpeza motora, choques con objetos y personas, o la aparición constante de moretones sin recordar por qué se producen.
  • Problemas en la escritura, como dificultad para sostener el lápiz, regular la presión en la toma, hacer trazos o formar letras y números correctamente.
  • Restricciones en el juego y el deporte, con preferencia por actividades repetitivas, conocidas y evitación por aquellas que requieren mayor desafío.
  • Dificultad para organizar tareas y seguir secuencias de acción.

Cabe resaltar que, en el ámbito educativo, estas dificultades representan barreras significativas. Según la especialista, “la escritura sigue siendo el principal método de evaluación en muchas escuelas, lo que pone en desventaja a los niños y niñas con dispraxia. Su dificultad motriz interfiere en su desempeño y en la forma en que pueden demostrar sus conocimientos.” Por ello, es fundamental promover espacios de inclusión y desarrollar metodologías adaptadas a sus necesidades, propiciando su trayectoria educativa.

Tipos de Dispraxia y su impacto en el desarrollo motor

A partir del trabajo del terapeuta ocupacional, desde el modelo de integración sensorial, se identifican distintos tipos de dificultades en la praxis según los sentidos involucrados. Cada una de estas manifestaciones afecta de manera diferente la vida diaria, por lo que es fundamental aplicar estrategias de apoyo personalizadas. Entre ellas se encuentran:

  • Somatodispráxia (de base táctil y propioceptiva): afecta el esquema corporal, impactando en habilidades como el uso y la graduación de la fuerza, el tono muscular y la participación de nuevas actividades (prefieren hacer las ya conocidas).
  • Visuodispraxia (de base visual y táctil): dificulta la coordinación del movimiento en relación con la información visual. A pesar de observar, se dificulta realizar la retroalimentación de los movimientos.
  • Dispraxia de base vestibular y propioceptiva:
    • Déficit en el control postural ocular: altera la estabilidad del campo visual.
    • Pobre coordinación bilateral secuencial: afecta la simetría de los movimientos y el cruce de hemicuerpos.

Causas de la Dispraxia

Si bien la dispraxia no tiene una única causa identificada, se sabe que su origen es neurológico y está relacionado con dificultades en la integración sensorial. Estas dificultades pueden afectar la manera en que el cerebro procesa y organiza la información proveniente de los sentidos, impactando la capacidad de planificar y ejecutar movimientos. Algunas de las principales bases sensoriales que pueden estar involucradas en la dispraxia incluyen:

  • Sistema táctil: Dificultades en la discriminación táctil, en la motricidad fina y en la motricidad orofacial.
  • Sistema vestibular: Una hiporrespuesta o baja respuesta vestibular puede impactar en el equilibrio, alineación postural, tono extensor y coordinación bilateral.
  • Sistema propioceptivo: Una baja conciencia del cuerpo en el espacio puede generar torpeza, dificultades en la regulación de la fuerza y la precisión de los movimientos.
  • Sistema visual: Problemas en la percepción visual pueden interferir en la organización espacial y en la coordinación ojo-mano.

Relación de la dispraxia con otras condiciones del neurodesarrollo

Además, la dispraxia puede estar presente junto con otras condiciones del neurodesarrollo, como el Espectro del Autismo (EA) y el Trastorno por Déficit Atencional e Hiperactividad (TDAH). Esto hace fundamental una evaluación integral para determinar el enfoque terapéutico más adecuado. Como señala la especialista, “cuando hablamos de Autismo, por ejemplo, nos centramos en las dificultades de modulación sensorial, pero pocas veces consideramos que también pueden existir dificultades en la praxis. Es clave evaluar cada caso desde un enfoque amplio para ofrecer un tratamiento adecuado“.

En este sentido, la experta recalca que “las personas con dificultades de integración sensorial ya son neurodivergentes, incluso si no presentan otra condición de base como el Autismo”. Esto implica que la dispraxia es una condición permanente, pero con los apoyos adecuados, la persona puede desarrollar estrategias para compensar sus dificultades y mejorar su calidad de vida.

Abordaje y tratamiento de la dispraxia

El tratamiento de la dispraxia debe ser estructurado y adaptado a cada persona. No basta con identificar la condición; es fundamental comprender su origen sensorial para diseñar un abordaje efectivo. Los terapeutas ocupacionales especialistas en integración sensorial juegan un papel clave, ya que permite trabajar de manera estructurada en las dificultades específicas de la praxis.

Terapia ocupacional y estrategias de intervención

La terapia de integración sensorial es fundamental en el tratamiento de la dispraxia, ya que permite abordar directamente las dificultades en la praxis. Como señala Denisse Alvear, “el tratamiento no es arbitrario ni genérico, sino que sigue lineamientos estructurados para garantizar su efectividad”.

El enfoque terapéutico varía según la edad y las necesidades individuales. En niños y niñas, se trabaja a través del juego, para propiciar la ideación, el planeamiento motor y el aumento de respuestas adaptativas. Para ello, se utilizan diferentes juguetes e implementos que permitan actividades como trepar, balancearse, realizar dinámicas en secuencias o usar diferentes tipos de texturas, dependiendo de cada caso.

En el caso de los adultos, si bien también pueden jugar, la terapia de integración sensorial se centra en la identificación y uso de estrategias para la vida diaria, así como también las modificaciones ambientales para propiciar la autonomía y la independencia.

El rol de la familia y el entorno escolar

Según la experta, “el trabajo del terapeuta ocupacional no basta si en casa no se generan los ajustes necesarios. La familia debe estar involucrada en el proceso, implementando estrategias y favoreciendo un entorno que promueva la autonomía y la independencia del niño o el adulto con dispraxia. Establecer rutinas estructuradas y facilitar herramientas adaptadas, como utensilios ergonómicos o ropa con cierres fáciles, puede marcar una gran diferencia. Además, pequeñas modificaciones en el hogar, como reorganizar los muebles para mejorar la movilidad, también favorecen la independencia.’’

En el ámbito escolar, “las barreras en la educación no están en el niño, niña o adolescente con dispraxia, sino en la falta de adecuaciones dentro del aula“, señala la especialista. Estrategias como el uso de teclados en lugar de escritura manual, tiempos diferenciados para completar tareas y la creación de entornos sensorialmente amigables para todos los estudiantes pueden ser claves en el desempeño escolar. La coordinación entre terapeutas, docentes y familias es fundamental para garantizar un aprendizaje inclusivo y accesible.

Referencias

Centro Multidisciplinario Kreser. (s.f.). Teoría de Integración Sensorial. https://www.studocu.com/cl/document/universidad-san-sebastian/internado-pediatria/1-teoria-de-integracion-sensorial/9984531

Pinos Medrano, V. F., Medrano Núñez, N. F., & Alarcón Salvatierra, P. (2017). La dispraxia y sus efectos en el aprendizaje. Dominio de las Ciencias, 3(2), 380-400. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6325867

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