Descripción del programa:
El tema de la Psicología Basada en la Evidencia (PBE) puede ser abordado de muchas maneras. Existen dos formas en especial que se destacan, pero ambas coinciden en que lo esencial es lo siguiente: contar con la mayor y mejor información en formato de pruebas -evidencia- que avale una forma específica de intervención en salud mental y en psicología, para el caso (Chambless et al., 1996; Chambless & Ollendick, 2000; Daset, en prensa).
Una de estas formas es la que deviene de lo que la ciencia se propone como objetivo ante los problemas que se le presentan: encontrar una respuesta con el mayor ajuste y el menor costo de recursos de todo orden, es decir, al alcance de las posibilidades de muchos y con la mayor simplicidad.
Una segunda vía de acercamiento al tema de la PBE, es aquella que generalmente es más comprensible para todos los profesionales y refiere a sus directas necesidades de respuesta -no ya de la propia ciencia- en su labor cotidiana (Echeburúa, Salaberría, de Corral y Polo-López, 2010). Ambas parecen ser segmentos de una sola línea, que pone de manifiesto ese sitio justo donde la práctica de la profesión lleva a la misma encrucijada que los desarrollos de la ciencia y entonces, una vez más se muestra lo indisolublemente juntas que ambas discurren, pero también se ponen de manifiesto las “sorderas” mutuas.
Los dos tópicos señalados en los párrafos que anteceden, transcurren como toda “gestalt”, una figura sobre un fondo donde, entre otras variables intervinientes, comienzan a tener una fuerte incidencia los sistemas de salud y las legislaciones nacionales e internacionales y las prácticas que de ellas devienen, como es el caso de los seguros, de las coberturas de los servicios de atención, de los sistemas de ayuda social y educativos (Echeburúa et al., 2010; Fernández-Hermida, 2012; López Soler, Martín Sancho y Garriga Puerto, 2012), los que cada vez más utilizan criterios de eficacia y eficiencia para medir las intervenciones.
Valoraciones