Mg. Ps. Daniel Díaz
Psicólogo, Magíster en Psicología Clínica, Mención Enfoque...
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El policonsumo es una de las formas más complejas y extendidas de consumo problemático en la actualidad. En esta noticia, exploramos cómo esta práctica impacta la salud física, mental y social, y revisamos las claves para su abordaje terapéutico desde la psicología, de la mano del experto Mg. Ps. Daniel Díaz.
El consumo de sustancias psicoactivas constituye uno de los principales desafíos en salud pública a nivel mundial. Según el Informe Mundial sobre Drogas 2025, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), más de 316 millones de personas usaron drogas en 2023, lo que equivale al 6% de la población mundial entre 15 y 64 años y solo 1 de cada 12 personas que necesita un tratamiento especializado puede acceder a este..
Dentro de este panorama, el policonsumo —la utilización de múltiples sustancias de forma simultánea o secuencial— ha emergido como un patrón de consumo cada vez más frecuente, complejo y difícil de abordar. Esta práctica no solo incrementa los riesgos físicos y psicológicos asociados al uso de drogas, sino que también dificulta el diagnóstico clínico, complica los tratamientos y empeora el pronóstico terapéutico.
Este artículo ofrece una guía completa sobre el policonsumo desde un enfoque psicológico y clínico, abordando su definición, su evolución diagnóstica, las combinaciones de sustancias más comunes, las consecuencias multidimensionales y las claves terapéuticas para su intervención.
Para ello, entrevistamos al docente de Adipa, Mg. Ps. Daniel Diaz, psicólogo y experto en adicciones, con más de 20 años de experiencia en el ámbito público y privado de tratamiento de trastornos por uso de sustancias psicoactivas y en la generación de políticas públicas en el ámbito de la reducción de la demanda en el consumo de drogas.
El policonsumo corresponde al uso concurrente, secuencial o simultáneo de dos o más sustancias psicoactivas, tanto legales (por ejemplo, el alcohol, tabaco, medicamentos psicotrópicos) como ilegales (por ejemplo, cannabis, cocaína, éxtasis) en un mismo lapso temporal.
De acuerdo al docente, esta práctica persigue “modificar, intensificar o equilibrar efectos farmacológicos y psicoemocionales”. Desde un enfoque clínico, no basta con detectar la presencia de múltiples drogas en el organismo, sino que es fundamental identificar patrones de uso desadaptativos, caracterizados por su persistencia y compulsividad, los cuales incrementan significativamente el riesgo de dependencia cruzada, agravan las complicaciones médicas y precipitan un deterioro psicológico, además de generar repercusiones sociales profundas.
Hasta la edición revisada del DSM-IV, existía la categoría de Dependencia de múltiples sustancias, definida como la dependencia simultánea o secuencial de al menos tres grupos de sustancias distintas en un periodo de 12 meses (excluyendo cafeína y nicotina), sin que predominara una sobre otra (American Psychiatric Association, 2000, p. 197).
No obstante, en el DSM-V esta categoría fue eliminada y sustituida por el Trastorno por uso de sustancias, que agrupa todas las sustancias bajo un único marco diagnóstico, evaluando la severidad (leve, moderado o grave) según la presencia de 11 criterios clínicos (American Psychiatric Association, 2013, pp. 483–484).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adicción como una enfermedad crónica y recurrente del cerebro, caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de una sustancia o conducta, pese a sus consecuencias negativas. Esta definición enfatiza el carácter persistente del fenómeno y su impacto funcional en distintas esferas de la vida del individuo.
Desde un enfoque clínico, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-5, emplea el término trastorno por uso de sustancias para describir un patrón problemático de consumo que conduce a un deterioro clínicamente significativo, el cual puede clasificarse como leve, moderado o grave según el número de criterios diagnósticos presentes (American Psychiatric Association, 2013).
Complementando esta perspectiva, Acosta López et al. (2011) destacan que los cambios persistentes en los circuitos fronto-límbicos —implicados en la regulación emocional— y en el sistema de recompensa dopaminérgico mesoaccumbens, son fundamentales para comprender la base neurobiológica de la adicción.
Estas alteraciones explican la aparición del craving, entendido como un impulso intenso y persistente por consumir una sustancia, que puede desencadenarse por factores internos (emociones o pensamientos) o externos (personas, lugares o situaciones asociadas al consumo). El craving, junto con la pérdida del control inhibitorio, aumenta la probabilidad de recaídas incluso tras periodos prolongados de abstinencia.
El policonsumo puede observarse en los distintos los tipos de consumo de sustancias psicoactivas. Entre las combinaciones más relevantes se incluyen:
Estas interacciones son clínicamente complejas, ya que cada sustancia activa circuitos neuroquímicos distintos y, al ser combinadas, sus efectos pueden potenciarse, inhibirse o transformarse de forma impredecible. Font-Mayolas y Calvo (2022) subrayan que el policonsumo simultáneo incrementa la dificultad diagnóstica y terapéutica, ya que los síntomas no pueden atribuirse a una única sustancia y el abordaje clínico debe considerar la totalidad del patrón de uso.
El policonsumo de múltiples sustancias psicoactivas conlleva consecuencias complejas y multisistémicas. Tal como señala el docente, estas afectan no solo la salud física y mental del individuo, sino también su funcionalidad social y su pronóstico terapéutico.
El impacto del policonsumo tiende a ser mayor que el producido por el uso aislado de una sola sustancia, debido a la interacción neuroquímica entre compuestos y al carácter persistente y desadaptativo de estos patrones de consumo.
El policonsumo responde a múltiples factores interrelacionados, que combinan motivaciones individuales, dinámicas sociales y procesos neurobiológicos. Según lo explicado por el docente, entre las causas más frecuentes se encuentran las siguientes:
Causa | Descripción |
Búsqueda de efectos combinados | Uso de múltiples sustancias para intensificar sensaciones (placer, energía, relajación) o contrarrestar efectos adversos de otras drogas. |
Factores psicosociales | Influencia de pares, presión grupal y normalización del consumo en contextos recreativos como fiestas o espacios sociales. |
Automedicación emocional | Consumo como estrategia de afrontamiento ante malestares como ansiedad, soledad, trauma o estados depresivos no abordados clínicamente. |
Escalada del consumo | Desarrollo de tolerancia a una sustancia que lleva a incorporar otras para mantener o intensificar los efectos iniciales. |
El abordaje del policonsumo requiere de un enfoque integral y multidisciplinario, adaptado a la complejidad del caso y a las condiciones biopsicosociales del paciente. Según explica el docente, no se trata solo de interrumpir el consumo, sino de generar un cambio sostenido en el comportamiento, la salud mental y el entorno de la persona.
En este proceso, las intervenciones deben ser progresivas, estructuradas y coordinadas entre distintas disciplinas, garantizando una atención continua que considere tanto el riesgo físico como los determinantes psicológicos y sociales del consumo.
La elección del tipo de tratamiento depende de las necesidades del paciente y sus recursos de apoyo. Las modalidades más frecuentes incluyen:
El psicólogo especialista en adicciones cumple un rol central en el abordaje del policonsumo, articulando intervenciones clínicas basadas en evidencia con un enfoque integral y humanizado. Su labor no solo se limita a tratar los síntomas del consumo, sino también a comprender su función en la historia vital del paciente y promover procesos de cambio sostenibles.
Entre sus principales funciones se destacan:
El curso de Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) en adicciones constituye una herramienta formativa esencial para profesionales que se desempeñan en contextos de salud, educación y trabajo comunitario. Su propósito es entregar competencias iniciales para actuar de forma oportuna y empática frente a crisis vinculadas al consumo de sustancias.
Entre sus objetivos principales se encuentran:
Este curso “es una herramienta clave para psicólogos, médicos, enfermeros, educadores y otros agentes sociales”, menciona el docente.
Font-Mayolas, S., & Calvo, F. (2022). Polydrug Definition and Assessment: The State of the Art. International journal of environmental research and public health, 19(20), 13542. https://doi.org/10.3390/ijerph192013542
Informe Mundial sobre Drogas 2025, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Sesiones 100% en vivo, si no puedes asistir, puedes revisar posteriormente la grabación en tu aula virtual. No aplica para acreditaciones internacionales.
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