Ps. Carolina Mella V.
Psicóloga – Universidad Andrés Bello (Jun 2024)...
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¿Has oído los beneficios que la jardinería aporta a la salud mental? En esta columna de opinión, la profesional Ps. Carolina Mella te cuenta los diversos beneficios de esta práctica para tu bienestar.
Para nadie es secreto que el contacto con la naturaleza es beneficioso para nuestra salud. Desde tiempos antiguos, los jardines han sido lugares donde las personas naturalmente se sienten bien, influyendo en el estado del ánimo, incluso. Aportando sensación de tranquilidad y descanso. Además, de ser lugares de contemplación de la naturaleza.
Famosos son los jardines colgantes de Babilonia, que son considerados una de las siete maravillas del mundo antiguo, y, sin embargo, no se conoce su ubicación exacta. La leyenda que más se conoce acerca de su creación, es que se debió a un regalo que el rey Nabucodonosor II (año 600 DC) realizó a su esposa como demostración de su amor. Era un bello jardín a la vista, que representaba toda la belleza de su persona amada.
En la actualidad, sabemos que existen numerosos jardines alrededor del mundo. Lugares, que, si tenemos la suerte y oportunidad de visitar, nos deleitaría su contemplación. Sin embargo, para poder disfrutar de los beneficios de los jardines, no es necesario ir tan lejos, o realizar un gran viaje. Puesto que podemos crear nuestro propio jardín y ¡personalizado!
Ahora bien, ¿qué se entiende por jardín? La RAE lo define como “terreno donde se cultivan plantas con fines ornamentales”. Y aquí, me gustaría ir un poco más allá, considerando dentro de esta definición, los espacios, ya sean de interior o exterior, donde se cultivan plantas con fines ornamentales. Puesto que, como mencioné anteriormente, no es necesario viajar grandes distancias para disfrutar un jardín, y nosotros podemos crear el nuestro.
Y, ¿qué entendemos por jardinería? Nuevamente, si consideramos la definición de la RAE, jardinería corresponde al “arte o técnica de cultivar y cuidar jardines”. Jardines que pueden ser de diversos tamaños, desde un gran terreno, el patio de una casa, o incluso jardines verticales que están tan de moda hoy, o bien, un grupo de macetas con plantas y flores dispuestas en el balcón de un departamento, e incluso, el cuidado de plantas de interior, entre otros.
Con esto, busco ampliar esta definición de jardinería, a cualquier cultivo y cuidado de plantas y flores. Y más en específico, quiero referirme a esta actividad en nuestros hogares.
Ya que, se sabe, que explorar lo natural y comprometerse con espacios verdes, se encuentra relacionado con muchos beneficios para salud y el bienestar. Se asocia a sentimientos positivos y mejora el estado del ánimo.
Actualmente, diversos estudios comprueban estos beneficios y enumeran muchos más. Entre los ya conocidos, tenemos que la jardinería promueve el bienestar mental, al ayudar a recuperar nuestro sistema nervioso frente al estrés del diario vivir. Ayuda a restaurar el sentido de equilibrio en cuanto a la propia vida.
¿Y cómo es eso? El contacto con la naturaleza (por pequeño que sea, por ejemplo, al cuidar una plantita) anima nuestra mente, haciendo que estemos totalmente presentes a nivel consciente, y también, lentamente, trabaja a nivel inconsciente, lo que es particularmente beneficioso para aquellas personas que han sufrido algún trauma, alguna enfermedad, o alguna pérdida.
¿Qué quiere decir consciente? Es estar en el momento presente, sabemos dónde estamos y qué estamos haciendo, nuestras acciones y pensamientos están en el cuidado de nuestra plantita, de nuestro jardín, sea del tamaño que sea. Y dejamos de pensar, aunque sea por ese momento, en las preocupaciones diarias, en los mails o llamadas a responder, en las compras, en el trabajo, etc. Dejamos de preocuparnos por el pasado, que ya fue, y por el futuro, que aún no ha llegado.
A nivel mental, el estar presente es altamente beneficioso, porque ayuda a controlar nuestra ansiedad. ¿Cómo me puedo enfocar en el presente? A través de nuestros sentidos, tocar, ver, oler, e incluso, escuchar los sonidos del jardín (como el canto de los pajaritos, si tenemos la suerte de que nos visiten). Todo esto, permite enfocarnos en el presente y calmar la mente divagante, que a veces nos hace malas pasadas.
Hay estudios que indican que, realizar actividades de jardinería, nos otorgan la sensación de un afecto positivo y de proveer significado y propósito. Esto es, si consideramos el proceso, desde plantar la semilla, cuidarla, que crezca y se desarrolle, la mera observación y cuidado de ese ciclo, nos proporciona una sensación de propósito, lo que nos hace sentir bien. Y, a su vez, nos da una sensación de orgullo por ser parte de este proceso.
Por otra parte, la jardinería es una actividad multisensorial. Ya que involucra todos nuestros sentidos: tacto al estar en contacto con la tierra, olfato, y vista. Si decidimos cultivar nuestro propio alimento, también involucramos el gusto, por ejemplo, al poder disfrutar de alimentos cultivados por nosotros. Los jardines pueden ser lugares de participación con la naturaleza, más allá de la mera contemplación.
Si observamos, por ejemplo, los jardines comunitarios, donde un grupo de personas se une para el cuidado de un jardín o huerto. Esto puede ser una oportunidad de conocer a
los vecinos y promover el sentido de comunidad. ¿Cómo podemos hacerlo? En nuestro condominio, barrio o comunidad donde vivimos es posible organizarse para tener un espacio común verde, del que todos puedan disfrutar.
A nivel familiar, podemos realizar estas actividades con niños, lo que es una excelente oportunidad para compartir, promoviendo el sentido de pertenencia. Podemos, por ejemplo, cultivar hierbas aromáticas, como la menta, el orégano, que son fáciles de cuidar en nuestro hogar.
Otra opción de realizar la jardinería en familia es invitar a los niños a plantar una semilla (como un poroto, o una lenteja) y observar cómo ésta va creciendo día a día, lo que lo convierte en una actividad gratificante para todos, además, de darles un sentido de responsabilidad en su cuidado. Además, de promover al apego entre los miembros de ella.
Otras formas de disfrutar un jardín o de la naturaleza es a través de los parques de nuestro barrio. Claro que no todos cuentan con una opción cerca de sus hogares, sin embargo, es por esto, que quiero mostrarles que existen diversas formas fáciles y económicas de poder disfrutar de la naturaleza y sus beneficios para nuestra salud.
Por otra parte, se ha observado que, para las personas que sufren de ansiedad de la muerte y dificultades ante pérdidas, realizar esta actividad, y recordar el ciclo de la vida, pueden contribuir a la aceptación y elaboración de situaciones y emociones difíciles respecto a un duelo. Claro que, en estos casos, muchas veces también se recomienda complementarlo con apoyo terapéutico.
Cuidar una planta, o varias, nos da sentido de responsabilidad, nos ayuda a aprender el respeto por otros seres vivos, a través de la conexión con ellos, y apreciar la magia de la naturaleza. Nos ayuda a relajarnos y dejar ir lo que incomoda, por un momento. Como decía Sigmund Freud (1856-1939. Neurólogo y Psiquiatra, fundador del Psicoanálisis en Psicología) “Las flores son tan relajantes de ver. Ellas no tienen emociones ni conflictos”.
En este sentido, existe esta sensación de calma en esta actividad, que nos permite conectarnos con nosotros y, como se mencionó, nos ayuda a estar presentes, dejando cualquier otra cosa de lado por ese momento.
A nivel biológico, se sabe que la jardinería, estimula nuestras hormonas de la felicidad. La serotonina y la dopamina, que son las hormonas que hacen que nos sintamos bien, y, por otra parte, disminuye el cortisol, que es la hormona asociada al estrés. Entonces, si la jardinería nos hace secretar las hormonas que nos dan felicidad, bajando la del estrés, ¿qué estamos esperando para comenzar a cuidar una plantita?.
Un estudio en Japón con personas de tercera edad, que realizaban actividades de jardinería, mostró varios efectos positivos en la felicidad subjetiva de las personas.
Promoviendo la actividad física (considerada como de baja a moderada). En este sentido, los japoneses trabajan su jardín en el suelo, por lo que deben agacharse, entonces, aporta a la movilidad articular. Además, esta actividad, presenta una reducción en la incidencia de la depresión en esta población, además de prevenir y regular el estrés.
Dentro de los diversos beneficios que se han descrito, para la población adulta y, sobre todo, adultos mayores, la jardinería es una actividad que promueve la actividad cognitiva, e incluso, se han indicado que se han presentado beneficios en personas con demencia. También, se han observado, y estudiado, que favorece las mejoras en el alivio del dolor, en la frecuencia cardiaca, baja en niveles de presión arterial y del colesterol. Sin embargo, aún no existe la evidencia científica suficiente para afirmarlo con certeza.
Otros beneficios que se han descrito, es el sentido de pertenencia, de tiempo y lugar. En relación con lo anterior, estudios con refugiados, migrantes, poblaciones marginalizadas, e incluso, sobrevivientes de cáncer, han probado que la jardinería, como actividad, les da soporte en cuanto a la recuperación de su identidad. Esto se entiende a través de un fenómeno que se presenta. Esto es, que existiría una transferencia, desde el cuidado de las plantas, hacia el cuidado de sí mismo.
Ahora bien, la jardinería como una actividad que se considera, en general, un pasatiempo, también se relaciona con la posesión de algo, de su identidad y la habilidad, por supuesto, de interactuar con la naturaleza. Y la influencia de ésta en el bienestar de las personas está relacionada también, en parte, con la actitud individual y motivación que nosotros tenemos frente a la jardinería.
Esto se entiende en el sentido de que, si a nosotros no nos gusta la tierra, no disfrutamos cuidar plantas, no nos motiva realizar esta actividad, nosotros jamás podremos disfrutar de sus beneficios. Y si no nos gusta, eso está bien, ya que no todos disfrutamos con las mismas actividades. Sin embargo, podemos encontrar otras, que nos permitan, también, acceder a estos mismos beneficios, pero por otro camino.
La jardinería incluye también beneficios en cuanto al desarrollo de la creatividad, la comunicación y la expresión personal. Esto puede ser a través de, por ejemplo, armar arreglos de suculentas, o arreglos de flores para nuestro hogar, o la disposición en el espacio de las plantas que decidimos cultivar y cuidar. Puede ser visto como una oportunidad de expresión personal, un espacio de placer de hacer algo con nuestras manos.
Adicionalmente, hay estudios que indican que, a menor frecuencia de realizar esta actividad, menor es el aporte en cuanto a beneficios. Por lo que se recomienda que sea
una actividad que se mantenga en el tiempo y durante todas las estaciones del año.
Y ahora, que ya conocemos muchos de los beneficios de armar y cuidar nuestro jardín. ¿Cómo podemos empezar? Para resolver esta pregunta: ¡sólo empieza!
Lo primero, que considero para comenzar, es determinar qué espacio utilizaremos para plantar o ubicar nuestras macetas. Donde crearemos nuestro jardín. Si tienes un espacio pequeño, o si prefieres tener plantas de interior, o sólo una plantita en una maceta. Son muchísimas las opciones, y lo mejor, es que es de libre elección.
Luego, por supuesto, vamos a elegir cuáles plantitas queremos tener. Y en este punto, ¡existen numerosas opciones también! Desde plantar semillas, o a través de un esqueje (en internet hay numerosos tutoriales para aprender), comprar una plantita en un vivero cercano, o quizás a través de una plantita regalada por alguien querido, etc.
Y al elegir las plantitas, te recomiendo investigar sus necesidades, de agua, luz, cuidados. De manera de poder cultivarlas y cuidarlas de mejor manera.
Luego, puedes lanzar a jugar tu imaginación, ubicarlas como te parezca mejor, y comenzar a cultivar y cuidar tus propias plantitas. Ahora, si te gusta la cocina, puedes tener tus hierbas aromáticas en pequeñas macetas de manera de tenerlas frescas a mano para condimentar tus creaciones culinarias. Todo va en las ganas y la motivación. Y a medida que te vayas sumergiendo en esta actividad, al poco tiempo empezarás a experimentar sus beneficios.
Finalmente, te dejo la invitación a experimentar con la jardinería, como tu quieras, con las plantitas que prefieras, la idea que quiero compartir es que cualquiera de nosotros puede tener su pequeño jardín, el cual puede disfrutar, cuidar, y contemplar. Y es una forma fácil y linda de cuidar nuestra salud mental en este mundo tan ajetreado.
El curso en vivo ya se realizó, pero aún puedes inscribirte y ver las sesiones grabadas. Esto no afecta tu calificación y/o certificación. Disponible por pocos días.
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Sesiones 100% en vivo, si no puedes asistir, puedes revisar posteriormente la grabación en tu aula virtual. No aplica para acreditaciones internacionales.
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