PhD. Mg. Ps. Nicolás Lorenzini
Es Doctor en Psicología Clínica, Educacional y...
¿Alguna vez te has detenido a considerar las nuevas fronteras de tratamiento en el campo de la salud mental? Vivimos en una era donde la ciencia y la tradición confluyen, dando paso a alternativas revolucionarias en el tratamiento de condiciones psicológicas.
Una de esas alternativas es el uso terapéutico de psicodélicos. En esta columna de opinión, el reconocido experto, PhD. Ps. Nicolás Lorenzini, nos guía por un viaje al corazón de esta ciencia emergente, explorando el potencial y las consideraciones de estos compuestos para la psicología clínica en nuestro país.
El campo de los tratamientos de salud mental está en constante evolución, con investigadores y clínicos que buscan enfoques innovadores para abordar las complejidades de diversos trastornos de salud mental. En los últimos años alrededor del mundo (y recientemente en Chile) se ha prestado mucha atención al uso de psicodélicos en contextos terapéuticos.
Los psicodélicos, como la psilocibina (que se encuentra en ciertos hongos) y el MDMA (conocido comúnmente como éxtasis), han demostrado ser prometedores en el tratamiento de enfermedades como la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
En esta columna, exploraré la evidencia científica actual para el uso de psicodélicos en tratamientos de salud mental y discutiremos sus potenciales implicancias para los psicólogos clínicos en Chile.
Los psicodélicos tienen una larga historia de uso humano, que se remonta a siglos atrás en diversas prácticas culturales y espirituales. Sin embargo, sólo en las últimas décadas la investigación científica comenzó a arrojar luz sobre su potencial terapéutico.
Estudios realizados en las décadas de 1950 y 1960 arrojaron resultados prometedores, pero debido a preocupaciones sociales (estigma) y normativas (ilegalización de substancias por su uso recreativo), la investigación sobre psicodélicos se detuvo en gran medida hasta la década pasada.
Aún es fácil encontrar en nuestro medio local muchos prejuicios respecto al uso de psicodélicos y otras drogas que se relacionan a la recreación. Pero también sabemos que nuestro medio local demora en adoptar innovaciones prometedoras. Espero que esta columna avive el interés de mis colegas en Latinoamérica, si es que éste aún no existe.
Estudios recientes han reavivado el interés por los psicodélicos, demostrando su eficacia en el tratamiento de trastornos mentales.
Por ejemplo, un estudio de Carhart-Harris et al. (2016) exploró el uso de la terapia asistida con psilocibina para la depresión resistente al tratamiento. Los resultados mostraron reducciones significativas en los síntomas depresivos, y algunos participantes experimentaron mejoras sostenidas meses después del tratamiento. Otro estudio de Griffiths et al. (2016) investigó el uso de psilocibina en pacientes con cáncer con depresión y ansiedad, arrojando resultados positivos similares.
El trastorno de estrés postraumático (TEPT), por otro lado, es una enfermedad debilitante que afecta a las personas que han sufrido sucesos traumáticos. Los enfoques tradicionales de tratamiento, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), han demostrado su eficacia, pero pueden no ser efectivos para todo el mundo.
Los psicodélicos, en particular la MDMA, han demostrado ser prometedores como ayuda terapéutica para las personas con TEPT resistente al tratamiento.
Un estudio pionero de Mithoefer et al. (2011) investigó el uso de psicoterapia asistida con MDMA en individuos con TEPT crónico resistente al tratamiento. Los resultados revelaron reducciones significativas de los síntomas del TEPT, y varios participantes dejaron de cumplir los criterios diagnósticos del trastorno. Otro estudio de Oehen et al. (2013) replicó estos resultados, destacando aún más el potencial de la terapia asistida con MDMA para abordar los síntomas del TEPT. De hecho, en Youtube es posible encontrar sesiones anonimizadas de psicoterapia asistida con MDMA en veteranos de guerra estadounidenses.
Por supuesto que el entusiasmo por utilizar estas substancias no es lo único necesario para usarlas. Después de todo, son psicotrópicos, así que deben ser usados con igual cuidado que otras (más legales) formas de psicofarmacología. Comprender los mecanismos a través de los cuales los psicodélicos ejercen sus efectos terapéuticos es esencial para avanzar en este campo.
Los psicodélicos interactúan principalmente con los receptores de serotonina en el cerebro, en particular con el receptor de serotonina 2A (5-HT2A). Se cree que la activación de estos receptores facilita la neuroplasticidad, lo que conduce a la reestructuración de las vías neuronales y la formación de nuevas conexiones.
Una revisión exhaustiva de Majić et al. (2015) examinó las experiencias psicodélicas y la actividad cerebral mediada por el receptor de serotonina 2A. La revisión descubrió la implicación de varias regiones cerebrales y sistemas de neurotransmisores en los efectos terapéuticos de los psicodélicos. Es decir, el campo de acción de estas substancias en el sistema nervioso central es vasto.
Por esa misma razón, aunque las pruebas científicas del uso de psicodélicos en tratamientos de salud mental son prometedoras, hay que reconocer varios retos y consideraciones. La seguridad es de suma importancia, y el uso de psicodélicos sólo debe llevarse a cabo en entornos controlados bajo la supervisión de profesionales capacitados. Johnson et al. (2008) esbozaron directrices para garantizar la seguridad de la investigación con alucinógenos humanos, haciendo hincapié en la importancia de la selección de los participantes, la dosificación apropiada y el apoyo adecuado durante y después de la experiencia psicodélica.
La legalidad y los marcos reguladores también desempeñan un papel crucial en la integración de los psicodélicos en los tratamientos de salud mental. En Chile, como en muchos otros países, el uso de psicodélicos con fines terapéuticos está altamente regulado, con barreras y restricciones legales. Es importante que los psicólogos clínicos se mantengan informados sobre el panorama legal actual y cualquier cambio potencial que pueda ocurrir con respecto al uso de psicodélicos en terapia.
Además, la formación y experiencia de los clínicos que trabajan con psicodélicos es primordial. La administración de estas sustancias requiere conocimientos y habilidades especializados para garantizar la seguridad y eficacia del tratamiento. Los psicólogos clínicos interesados en incorporar psicodélicos a su práctica deben buscar la formación, educación y supervisión adecuadas en fuentes acreditadas. Uno de los primeros cursos en la materia se abrió el año pasado en la PUC.
También es esencial considerar el contexto cultural y las actitudes hacia los psicodélicos en Chile. La percepción y aceptación pública de estas sustancias es negativa y desinformada, y es crucial que los psicólogos clínicos participen en discusiones abiertas y transparentes con clientes, colegas y la comunidad en general. Educar al público sobre la evidencia científica actual, los beneficios potenciales y el uso responsable de los psicodélicos puede ayudar a reducir el estigma y los conceptos erróneos que rodean sus aplicaciones terapéuticas.
Las pruebas científicas actuales sugieren claramente que los psicodélicos tienen el potencial de revolucionar los tratamientos de salud mental. Los estudios han demostrado su eficacia en el tratamiento de afecciones como la depresión, la ansiedad y el TEPT, en las que los enfoques tradicionales pueden quedarse cortos. Sin embargo, es importante abordar este campo con cautela, asegurando el cumplimiento de las directrices legales y éticas, así como priorizando la seguridad y el bienestar del cliente.
Para los psicólogos clínicos, mantenerse actualizados con las últimas investigaciones, participar en capacitaciones especializadas y mantener un diálogo abierto con colegas y clientes son pasos cruciales hacia la incorporación de los psicodélicos en los tratamientos de salud mental, lo que llevará (como en otros países del mundo) a que el panorama legal y regulatorio evolucione.
El potencial de los psicodélicos en los tratamientos de salud mental es un campo en rápida evolución, y la investigación en curso dilucidará aún más sus mecanismos de acción, protocolos óptimos y resultados a largo plazo.
Como psicólogos clínicos, es nuestra responsabilidad mantenernos informados, abiertos de mente y dedicados a la práctica basada en la evidencia para proporcionar la mejor atención posible a nuestros clientes.
El curso en vivo ya se realizó, pero aún puedes inscribirte y ver las sesiones grabadas. Esto no afecta tu calificación y/o certificación. Disponible por pocos días.
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