PhD. Mg. EDI. David Román
Doctor en Educación. Investigador de Educación, Inclusión...
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En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, el docente de Adipa, PhD. Mg. EDI. David Román, presenta una reflexión crítica sobre migración, relaciones de poder y prácticas de exclusión en Latinoamérica.
La movilidad de personas en Latinoamérica ha tenido un auge sostenido en las últimas décadas (OIM, 2023). Cientos de miles de personas dejan sus países de origen con la finalidad de mejorar sus condiciones de vida, trayendo consigo esperanzas no solo para el que migra, sino también para los que dejan, y no pueden emprender el rumbo hacia nuevos horizontes que muchas veces son desconocidos.
Chile se ha transformado en un país de acogida para miles de personas que intentan dar un mejor bienestar a sí mismos y a sus familias, ya que las problemáticas en los países de origen son de tal magnitud, que abarcan cada esfera de lo humano y lo social, por ejemplo, en temáticas relacionadas con lo laboral, la vivienda, la salud y la educación, entre otras urgencias.
Según cifras oficiales, más de 1.5 millones de personas se encuentran presentes de manera formal en nuestro país (INE, 2021), pero sabemos que muchos otros no han podido regularizar su situación, generando un resentimiento local, que muchas veces tiende a la discriminación en términos de raza, género y clase social (Crenshaw, 1991). La población extranjera proviene principalmente de países latinoamericanos, entre los que destacan Venezuela, Perú, Haití, Colombia y Bolivia.
Este resentimiento local, que no se condice con las características propias del pueblo chileno, nos tiene en una contradicción constante. Por un lado, están las ideas que se traspasan de generación en generación a través de canciones populares, como lo es el “Si vas para chile” de Chito Faró, del año 1942, que entre sus versos destaca “Y verás cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero”; y, por otro lado, la xenofobia destemplada que hacen algunos compatriotas a través de redes social, muchas veces de forma anónima, generado un clima de desigualdad y tensión constante entre lo chileno y lo extranjero.
En la actualidad, la tesis de Tiyoux (2013) cobra fuerza, puesto que la académica propone la existencia de dos tipos de extranjeros: los blancos con características europeas que llegan a ocupar posiciones de poder, y los migrantes latinoamericanos que se movilizan en condiciones de vulnerabilidad y dominación de clases. Los intereses de la “totalidad”, como sugiere Foucault (1983), estarían dispuestos en relación con el incremento del potencial económico del país de acogida.
Por tanto, el contar con mano de obra barata y dispuesta a trabajar, es una de las máximas del mundo moderno neoliberal, en donde los más desfavorecidos tienden a repetir y aceptar cualquier tipo de labor, ya que sus redes de apoyo y condiciones tanto materiales como inmateriales en el nuevo país de residencia se encuentran en vías de ser desarrolladas, o son del todo nulas.
En el día internacional de la eliminación de la discriminación racial, es menester hacer referencia a las relaciones de poder que subyacen las prácticas socioculturales, y como devienen, a su vez, en prácticas de exclusión que deben ser abolidas en su totalidad, puesto que “el Estado ejerce su poder por sobre la población migrante vulnerable, segregándola con prácticas de exclusión sistemáticas disfrazadas de ayuda estatal” (Román Soto, 2022, p. 179).
Desde el año 2018, comenzaron las deportaciones para migrantes haitianos por no contar con documentación. Y si bien, en Haití en esos momentos se llevaba a cabo una guerra civil, poco importó a las autoridades locales de esa época de potenciar una práctica potencialmente racista y xenófoba. “Lo Blanco no debe dejarse tocar por lo Negro”, señalaba Derrida (1983).
“En Chile, aparentemente, la mano de obra debe ser barata, pero en lo posible no puede ser blanca, como si estuviésemos viviendo un nuevo apartheid a la chilena” (Román Soto, 2022, p. 179). No obstante, sabemos que las problemáticas asociadas a delitos exceden a las nacionalidades y/o el color de la piel, por lo que pasa a ser una conducta inaceptable el pretender que la condición genética y/o la nacionalidad sean alicientes para delinquir o realizar conductas fuera de la ley.
Además, sabemos que en la actualidad se vive de las apariencias, que están reguladas por el poder adquisitivo y las prácticas propias del endeudamiento. El trabajador nacional discrimina entre sus pares, al pobre, discrimina al migrante, al desfavorecido, pensando que con eso podrá adquirir un nuevo estatus o nivel social, desarrollando relaciones de poder con sus coterráneos.
Y es en esa ecuación que Chile acoge al migrante y lo diferencia al mismo tiempo, comprendiendo que su existencia está limitada por sus propias capacidades de desenvolverse en la nueva realidad. La población extranjera lucha cada día por su plena inclusión, y el Estado observa omnipresente a quienes tienen las posibilidades y/o el mérito para lograr dicho propósito.
Para Rancière (2006), lo político es el encuentro de dos procesos heterogéneos. El primero es el del gobierno y el segundo es el de la igualdad, los cuales significan que, en su relación conjunta, debiesen resolverse como un proceso emancipatorio. Ello implica la verificación de la igualdad de cualquier persona con cualquier otra.
En este proceso de emancipación, la construcción de identidad juega un rol fundamental, puesto que es la formación de uno que no es un sí, sino la relación de un sí con otro. Bajo esta óptica se desprende la idea de “alteridad” la que, como acto político, involucraría una lógica de la aceptación de un otro distinto, negando la lógica de imposición de un otro dominante, afirmando la construcción de una nueva identidad en que efectivamente comulgan los unos y los otros.
Para la construcción de una nueva identidad, que valore la diversidad multicultural y deje de lado prácticas susceptibles de ser consideradas xenófobas o racistas, es que promuevo el concepto de interclusión, el cual defino como “una propuesta de reflexión, análisis y desarrollo de prácticas pedagógicas y oportunidades de aprendizaje con pertinencia cultural, que promueva la construcción de identidades socioculturales valorizando la realidad multicultural” (Rompan Soto, 2024, p.9).
La interclusión es una conceptualización, que nace en los cuestionamientos a las relaciones de poder, tanto políticas como sociales que se dan en torno a la escuela, y que también la exceden; en términos de permitir analizar la sociedad en clave interseccional, para darnos cuenta que tanto la segregación por raza, género y clases sociales están a la base de una cultura dominante que potencia la discriminación de grupos que han sido sistemáticamente excluidos, tales como mujeres, migrantes, discapacitados, mundo LGBTIQ+, indígenas, entre otros.
Finalmente, desde una perspectiva crítico transformacional (Quintar, 2018), el permitirnos construir sociedades interclusivas nos llevará no solo a la aceptación del otro como un legítimo, tal como menciona Humberto Maturana en sus múltiples escritos (1990, 1995, 2013), sino que nos permitirá ser conscientes de las y los otros que son distintos a uno, y que sin embargo están ahí a la espera de que algo ocurra, para fortalecer el entendimiento mutuo, la construcción de conocimiento situado, la resignificación de la realidad.
Comparto estas ideas en el día internacional de la eliminación de la discriminación racial, para invitarnos a reflexionar en los que somos actualmente y en lo que queremos ser como nación, y por qué no, como continente latinoamericano. En las potencialidades que implicar mirarnos con y desde la diversidad, en la necesidad de reconstruirnos y nutrirnos de cada una de las culturas que coexisten y que tienen cabida, sin discriminación alguna, en nuestra sociedad contemporánea.
Crenshaw, K, (1991). Cartografiando los márgenes. Interseccionalidad, políticas identitarias y violencia contra las mujeres de color. 87-192
Derrida, J. (1983). La última palabra del racismo. Texto original publicado en Psyche Paris, Galilée, 2011. Traducción de Analía Gerbaudo, 2010.
Foucault, M. (1983). El sujeto y el poder. Revista Mexicana de Sociología. 50 (3) 3-20. Instituto Nacional de Estadísticas (INE). (2021). Estimación de personas extranjeras residentes habituales en Chile al 31 de diciembre de 2020. Informe metodológico. https://www.ine.gob.cl/docs/default-source/demografia-y-migracion/publicaciones-y-anuarios/migraci%C3%B3n-internacional/estimaci%C3%B3n-poblaci%C3%B3n-extranjera-en-chile-2018/estimaci%C3%B3n-poblaci%C3%B3n-extranjera-en-chile-2020-metodolog%C3%ADa.pdf?sfvrsn=48d432b1_4
Organización Internacional para las Migraciones (OIM). (2023). Tendencias migratorias en las Américas. https://americas.iom.int/sites/g/files/tmzbdl626/files/documents/2023-04/Tendencias-Migratorias-en-las-Americas-ESP-Feb-2023.pdf
Tijoux, M. (2013). La escuela de la inmigración en la ciudad de Santiago: Elementos para una educación contra el racismo. Polis (Santiago). 12(35), 287-307. http://dx.doi.org/10.4067/S0718-65682013000200013
Rancière, J. (2006). Política, policía, democracia. LOM Ediciones, Colección Singular Plural.
Román Soto, D. (2022). Migración en el Chile actual. Reflexiones desde paradigmas contemporáneos. Revista de Historia y Geografía, 46, 175-192. https://doi.org/10.29344/07194145.46.3243
Román Soto, D. (2024). La interclusión. Aproximaciones epistemológicas y didácticas para el devenir educativo contemporáneo. Revista electrónica educare. 28 (3). 1-14 https://doi.org/10.15359/ree.28-3.18476
Maturana, H. (1990). Emociones y Lenguaje en Educación y Política. JC Saez Editor
Maturana, H. (1995). La realidad: ¿objetiva o construida? Fundamentos biológicos de la realidad.
Antrhopos editorial.
Maturana, H (2013). La objetividad. Un argumento para obligar. Ediciones Gránica S.A.
Quintar, Estela (2018) Crítica teórica, crítica histórica: las paradojas del decir y del pensar. Archivos de Ciencias de la Educación, 12(13), 1-11, https://doi.org/10.24215/23468866e040
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