Precio Programas:
Descuento de programas:
Subtotal:
Descuentos:
Subtotal - Descuentos:
Total:
Ir a pagarTu carro esta vacío
El trauma complejo se refiere a un conjunto de síntomas psicológicos, emocionales y físicos que aparecen en personas expuestas a situaciones traumáticas prolongadas y repetitivas, especialmente en etapas tempranas de la vida.
El trauma complejo se refiere a la exposición prolongada a situaciones traumáticas que afectan profundamente el desarrollo emocional y relacional de una persona.
El trauma complejo hace referencia a las experiencias repetitivas y prolongadas de situaciones traumáticas, generalmente en contextos de abuso, negligencia o violencia durante etapas tempranas de la vida. El trauma complejo tiene un impacto acumulativo en el desarrollo psicológico, emocional y relacional de la persona, influyendo en su identidad, la regulación emocional y sus vínculos interpersonales.
El concepto de trauma complejo fue introducido por Judith Herman en 1992 para describir los efectos de traumas repetitivos, prolongados y ocurridos en contextos de vulnerabilidad, como la infancia o la adolescencia.
Actualmente, el trauma complejo se reconoce en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) bajo el diagnóstico de Trastorno de Estrés Postraumático Complejo (TEPT-C). Este surge de la exposición prolongada o repetitiva a traumas, generalmente de naturaleza interpersonal, como el abuso infantil, la violencia doméstica o la negligencia de los cuidadores.
Este tipo de trauma implica no solo recuerdos dolorosos del evento, sino también transformaciones duraderas en la personalidad, la forma de relacionarse y la percepción de sí mismo. Se manifiesta con desregulación emocional, síntomas disociativos, somatización, problemas en la identidad y conductas de riesgo, como la autolesión o los intentos suicidas.
El trauma complejo puede entenderse en relación con los tipos de trauma descritos en la literatura:
Asimismo, se ha propuesto el diagnóstico de Trastorno de Estrés Extremo no especificado (DESNOS), que abarca siete dominios: alteraciones en la regulación emocional, la conciencia, la somatización, la autoimagen, la percepción del perpetrador, las relaciones interpersonales y el sistema de creencias.
El trauma simple y el trauma complejo comparten una base en la exposición a experiencias dolorosas, pero difieren en la intensidad, la duración y las consecuencias clínicas.
Característica
|
Trauma simple
|
Trauma complejo
|
Origen
|
Un único evento traumático (accidente, desastre natural, agresión puntual, duelo).
|
Experiencias repetitivas y prolongadas (abuso, negligencia, violencia doméstica).
|
Momento vital
|
Puede ocurrir en cualquier etapa de la vida.
|
Usualmente en la infancia o adolescencia, en períodos de alta vulnerabilidad.
|
Síntomas principales
|
Reexperimentación, evitación, hipervigilancia.
|
Somatización, disociación, desregulación afectiva, alteraciones de identidad y relaciones.
|
Duración del impacto
|
Generalmente delimitado en el tiempo, con síntomas que pueden remitir.
|
Crónico y persistente, con efectos duraderos en la personalidad y el funcionamiento social.
|
Tratamiento
|
Terapias centradas en el evento traumático (exposición, EMDR, etc.).
|
Enfoque por fases, integración de psicoterapia y abordaje farmacológico según síntomas.
|
Esta diferenciación es clave para diseñar estrategias de intervención que respondan a las necesidades específicas de cada paciente.
El trauma complejo presenta síntomas más amplios y persistentes que el TEPT clásico. Se organizan en tres grandes categorías:
Las personas con trauma complejo pueden presentar autolesiones, intentos suicidas o revictimización en nuevas relaciones.
El trauma complejo en niños requiere una mirada particular, ya que las experiencias traumáticas repetitivas durante la infancia pueden moldear profundamente su desarrollo emocional y social. El acompañamiento adulto es un factor protector clave.
Los especialistas destacan que cualquier apoyo consistente de una figura afectuosa —ya sea un educador, familiar o profesional clínico— puede marcar una gran diferencia.
En definitiva, la paciencia, el respeto y la presencia constante de un adulto confiable ayudan a los niños a reconstruir una percepción más segura del mundo y de sí mismos.
El trauma complejo en la edad adulta se refiere a la experiencia de múltiples y prolongados eventos traumáticos que ocurren durante un período extenso y que pueden tener un impacto significativo en el bienestar psicológico y físico de una persona. Entre sus causas más frecuentes se encuentran el abuso infantil, la violencia doméstica, los desastres naturales y la exposición a combates.
El cuadro puede expresarse de diversas formas, entre ellas:
Es fundamental que las personas adultas con trauma complejo reciban atención de profesionales de la salud mental especializados en trauma. Con un tratamiento adecuado, es posible reducir la intensidad de los síntomas, mejorar la calidad de vida y desarrollar estrategias de afrontamiento más saludables.
El tratamiento del trauma complejo requiere un enfoque por fases y multidisciplinar:
Entre los modelos psicoterapéuticos más efectivos se encuentran:
No existe un fármaco específico para el trauma complejo. Sin embargo, se utilizan medicamentos según los síntomas predominantes:
El uso de benzodiacepinas es controvertido, ya que puede empeorar la evolución del cuadro y aumentar el riesgo de desarrollar PTSD.
El trauma complejo representa una forma grave y persistente de sufrimiento psicológico que afecta múltiples áreas de la vida. Su identificación clínica es fundamental para diseñar tratamientos adecuados, que combinen intervenciones psicoterapéuticas y farmacológicas adaptadas a cada paciente.
En niños, la detección temprana y el apoyo estable de adultos significativos son esenciales para mitigar las secuelas y promover un desarrollo más saludable.
Chiappe, M. V., & Teti, G. L. (2016). Trauma complejo. Vertex Rev. Arg. de Psiquiatría, XXVII, 125-132.
Courtois, C. A., & Ford, J. D. (2009). Treating complex traumatic stress disorders: Scientific foundations and therapeutic models. New York: Guilford Press.
Herman, J. L. (1992). Complex PTSD: A syndrome in survivors of prolonged and repeated trauma. Journal of Traumatic Stress, 5(3), 377-391.
Herman, J. (2004). Trauma y recuperación. Espasa Calpe.
OMS (2019). CIE-11: Clasificación Internacional de Enfermedades para Estadísticas de Mortalidad y Morbilidad. Undécima revisión Guía de Referencia (versión 14 de noviembre 2019). Organización Mundial de la Salud. Recuperado de icd.who.int
Terr, L. (1991). Childhood traumas: An outline and overview. American Journal of Psychiatry, 148, 1, 10–20.
En Adipa recopilamos una serie de definiciones que pueden servirte para tus jornadas de estudio, clases, ¡lo que quieras! Estos conceptos están definidos según fuentes bibliográficas actualizadas y más utilizadas por los profesionales del área de la salud.
Confirmo que he leído la información sobre este programa, disponible en el brochure y en el sitio web. Declaro cumplir con los requisitos para cursar este diplomado y me comprometo a enviar mi certificado de título, así como a firmar la carta de compromiso solicitada