Síndrome de Tourette: Diagnóstico e intervención psicoterapéutica

Índice

• Trastornos del movimiento hipercinético…….3:40
• Datos importantes…….9:59
• Primeras intervenciones………29:06

Trastornos del movimiento hipercinético

[3:40] El síndrome de Tourette se clasifica dentro de los trastornos del movimiento hipercinéticos o movimientos involuntarios. Es una condición que se presenta junto con otros trastornos, como la Corea de Huntington, las estereotipias, la distonía y la discinesia tardía. Todos estos trastornos forman parte de los trastornos del movimiento.

Los trastornos por tics son trastornos de neurodesarrollo que se caracterizan por la presencia de movimientos o sonidos involuntarios, repetitivos y rápidos, que pueden variar en intensidad y frecuencia. Estos tics pueden afectar el funcionamiento diario de la persona que los experimenta.

Dentro de la categoría de trastornos por tics, encontramos una amplia clasificación. Podemos encontrar trastornos por tics provisionales o transitorios.

Datos importantes

[9:59]El síndrome de Tourette se clasifica como una condición del neurodesarrollo y no como una enfermedad. Es un trastorno crónico con el cual se convive de por vida una vez que se ha recibido el diagnóstico. Sin embargo, esto no significa que los síntomas necesariamente duren toda la vida. La evolución natural del síndrome de Tourette muestra que los tics, que son el síntoma principal, tienden a alcanzar su punto máximo durante la infancia y pueden continuar en la adolescencia o comenzar en la adultez temprana, para luego disminuir o incluso desaparecer.

Es importante destacar que el síndrome de Tourette no es tan frecuente como se creía anteriormente. Estudios recientes indican que alrededor del 1% de la población presenta trastornos por tics, específicamente el síndrome de Tourette. Además, afecta más a hombres que a mujeres, con una proporción de aproximadamente cuatro hombres por cada mujer afectada. Vale la pena mencionar que yo misma soy una mujer que padece el síndrome de Tourette, por lo que tanto mi perspectiva profesional como personal enriquecerán esta exposición.

Otro dato importante es que los tics suelen comenzar antes de los 18 años. Cuando los tics aparecen en etapas más tardías, se consideran otros tipos de trastornos. Por lo general, las personas con tics comienzan a desarrollarlos entre los cuatro y los seis años, aunque en algunos casos pueden manifestarse tan tempranamente como a los dos o tres años. El pico máximo de los tics se suele observar entre los diez y los 12 años, lo cual está relacionado con la maduración cerebral y el desarrollo de hábitos. Los tics son considerados hábitos desadaptativos, ya que no cumplen una función en la vida de la persona.

Es importante tener en cuenta que los tics tienden a disminuir después de la adolescencia, pero su curso es fluctuante a lo largo de la vida. Esto significa que habrá momentos en los que los tics pueden ser más intensos y momentos en los que pueden disminuir significativamente. Además, es fundamental descartar en primera instancia que los tics no sean causados por otra condición médica o el efecto de sustancias, como mencioné anteriormente.

Primeras intervenciones

[29:06] Cuando un paciente llega con sospecha de un trastorno por tics o síndrome de Tourette, lo primero que haremos es realizar una evaluación diagnóstica. Hablaré un poco más detalladamente sobre este proceso. Después de la evaluación, una vez que se ha llegado al diagnóstico, estableceremos un plan de tratamiento en colaboración con el paciente y su entorno.

En este plan de tratamiento, se establecerán objetivos claros en los cuales el paciente y su entorno desempeñarán un papel activo y participativo. Como profesional, mi función será establecer las pautas conjuntamente con el paciente durante las sesiones, pero el verdadero trabajo se realizará fuera de ellas, en el día a día. Esto requerirá un compromiso significativo por parte del paciente y su entorno.

El enfoque de tratamiento siempre será interdisciplinario, involucrando a diversos profesionales como neurólogos, psiquiatras, psicólogos, psicopedagogos y terapeutas ocupacionales. Sin embargo, es importante destacar que no todos los casos requerirán de la intervención de todos estos profesionales, ya que cada situación es única.

El trabajo con el entorno del paciente también es fundamental. Brindaremos psicoeducación para que puedan acompañar al paciente de la mejor manera posible.