Neurodiversidad
[03:44] El paradigma de la neurodiversidad fue propuesto por la socióloga australiana Judith Heumann, quien defiende el reconocimiento de la neurodiversidad como una categoría social al igual que la clase socioeconómica o la orientación sexual.
Este paradigma considera la diversidad de los cerebros como un hecho biológico y abarca tanto a las personas neurotípicas como a las neurodivergentes, quienes tienen una neurología diferente a la convencional. El autismo, por ejemplo, es considerado una forma diferente en que el cerebro procesa la información, en lugar de ser visto como una patología.
El paradigma de la neurodiversidad trae consigo una serie de aportes importantes, como el cambio del puzzle al infinito como símbolo del autismo y la incorporación de las voces adultas autistas. También se enfatiza en el lenguaje apropiado y en referirse a las personas como “persona autista” en lugar de “persona con autismo”.
Generalidades del autismo
Mitos
[11:10] Se presentan seis afirmaciones y se pide que se identifique cuáles son mitos.
Los mitos mencionados incluyen que el autismo es una enfermedad del neurodesarrollo; que las personas autistas son asociales; que el autismo solo se da en niños y que es solo en hombres. Además, señala que la afirmación de que las personas autistas procesan la información de manera diferente a la norma y que la mayoría de las personas autistas pertenecen al colectivo LGBT no son mitos. Se incluyen estudios que destacan que el 70% de las personas autistas no son heterosexuales y que hay estudios sobre la relación entre el autismo y el género y la sexualidad.
Espectro Autista
[13:44]El espectro autista es una condición del neurodesarrollo que se caracteriza por la dificultad social, adaptación a cambios, intereses profundos y reacciones sensoriales inusuales.
Lo importante es que el autismo es un espectro, lo que significa que no se limita a un conjunto específico y puede variar de persona a persona. Dos personas autistas pueden tener comportamientos opuestos y extremos, por lo que no se debe tener una visión única ni rígida del espectro autista.
[15:00] El espectro autista no es lineal, sino más bien, es como un círculo, donde las expresiones varían en intensidad y según las dificultades de ciertas características. Los términos como “persona altamente funcional”, “baja funcionalidad” o “Asperger” pueden ser dañinos para la comunidad, ya que se crea una jerarquía en la que un autista es considerado “mejor” que otro, cuando en realidad todos son autistas en el espectro, con diferentes necesidades de apoyo. Por eso se utilizan grados para clasificar las necesidades de apoyo de cada persona en el espectro.
Estigma y estereotipos
[28:27]El estigma y los estereotipos sobre el autismo son muy comunes en la sociedad, y se basan en una imagen preconcebida de un niño autista callado, tímido y poco empático, como Sheldon Cooper o Sam en la serie Atypical. Esta imagen es poco realista ya que el 70% de las personas autistas no son heterosexuales y sólo el 50% se identifica con un género específico.
Además, el proceso diagnóstico está muy masculinizado, lo que lleva a que las mujeres autistas sean diagnosticadas más tarde y tengan que desarrollar estrategias de enmascaramiento para ser socialmente aceptadas.
El enmascaramiento implica ocultar comportamientos autistas para ser percibido como neurotípico y conlleva un esfuerzo cognitivo tremendo que puede causar desgaste emocional. Estas estrategias incluyen la planificación previa de conversaciones y ensayos de libretos sociales, forzar el contacto visual y las expresiones faciales, entre otras cosas.
¿Cómo identificar a adultos con Espectro Autista?
[37:50] El diagnóstico en adultos es importante debido al autoconocimiento, ya que muchas personas autistas han sido ignoradas durante gran parte de su vida y no comprenden las dificultades que enfrentan. Además, las personas autistas son más propensas a sufrir abuso sexual, emocional y físico en comparación con las personas no autistas. Tener un diagnóstico ayuda a ser más precavido ante algunas situaciones, debido a las inocencias sociales que hay en el espectro autista y la dificultad para comprender la intención de otros.
También es importante tener un diagnóstico temprano, incluso en la edad adulta, ya que muchas personas con autismo tienen tasas altas de condiciones psiquiátricas tanto de diagnóstico erróneo como de concurrencia. Los adultos autistas aprendieron a ocultar sus dificultades debido a que, si no lo hacían, eran excluidos. Sin embargo, continúan teniendo problemas en situaciones nuevas sin ayuda, por lo que es difícil evaluarlos. A veces, la falta de conocimiento de profesionales poco capacitados en la adultez lleva a la búsqueda de autodiagnóstico, lo que puede surgir a partir de la sospecha generada por el diagnóstico de sus hijos.
Es importante ser respetuosos con esta sospecha y considerar la razón de la consulta al evaluar a una persona adulta con sospecha de autismo. Algunas diferencias en los desafíos de la comunicación e interacción social entre niños y adultos autistas incluyen el interés selectivo en amistades, la evitación del contacto visual, la dificultad para mantener amistades y relaciones, y la preferencia por la soledad debido a múltiples traumas desde la niñez. También hay patrones repetitivos que pueden manifestarse en adultos autistas, como intereses y apego a objetos, dar vueltas, caminar en punta de pie, entre otros.
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