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¿Qué es el consentimiento? Un análisis en casos de abuso sexual

En la actualidad, la atención hacia los casos de abuso sexual ha evolucionado hacia un enfoque multidisciplinario que involucra a profesionales de diversas áreas, como la salud, la educación y el sistema legal. Sin embargo, este avance también ha puesto en evidencia un fenómeno preocupante: la victimización secundaria, es decir, el efecto negativo que produce la respuesta social a estas situaciones.

Ante esta realidad, surge la necesidad de explorar y comprender en profundidad conceptos fundamentales, tales como el consentimiento, con el objetivo de desmitificar creencias erróneas y promover una respuesta más informada y solidaria ante el abuso sexual.

¿Qué es el consentimiento? Un análisis en casos de abuso sexual

En el complejo y delicado terreno del abuso sexual, surgen dos interrogantes fundamentales: ¿Qué es verdaderamente el consentimiento? ¿Es posible hablar de consentimiento en este contexto? Estas preguntas nos llevan a adentrarnos en un debate crucial sobre las dinámicas de poder, la autonomía y el respeto en las interacciones humanas.

Para ello, entrevistamos a la docente y experta en la temática, Mg. Ps. María Teresa Baquedano.

Contexto sobre abuso sexual

Para comprender adecuadamente el tema del abuso sexual, es crucial tener una comprensión clara de su naturaleza y contexto. En este sentido, no estamos hablando de cualquier tipo de interacción, sino específicamente de aquellas interacciones que son abusivas y que impactan la sexualidad de un individuo/a.

El abuso sexual se caracteriza por la presencia de asimetría y desigualdad, que pueden manifestarse en diferencias de edad, poder, jerarquía, así como en condiciones socioeconómicas, de acceso, conocimientos y culturales. Estos elementos de desigualdad entre dos personas pueden crear un terreno propicio para la alteración y la transgresión, llevando a la interacción al ámbito del abuso. Por lo tanto, es fundamental que aquellos/as que ocupan una posición de poder ejerzan un cuidado responsable, estando conscientes de su propia disposición para evitar cualquier forma de uso indebido o abuso de su posición de poder.

Asimismo, es importante señalar que el abuso sexual no solo implica la transgresión del cuerpo de la víctima, sino también de su confianza. Es aquí donde cobra relevancia el concepto de consentimiento.

¿Qué es el consentimiento?

La palabra consentimiento proviene de la frase Cum- sentire-miento, que implica permitir que algo se lleve a cabo. En el ámbito del consentimiento sexual, se refiere a un acuerdo sexual mutuo entre las partes involucradas.

El consentimiento como acto del sujeto, es una apertura al otro, y es un riesgo asumido en dejar que el otro cruce la frontera de la propia intimidad.

En esencia, consentir es un acto de confianza con el otro. De este modo, el consentimiento y su falta, queda vinculado al trauma sexual como algo que tiene que ver con una traición por parte de quién abusa de su poder y de este lugar de confianza.

Muchas veces se confunde el “ceder” con el “consentir”, sin embargo no son lo mismo. Como dice la psicoanalista Clotilde Leguil, “ella consintió a algo que no tiene relación con aquello a lo que tuvo que ceder”, por lo tanto, dejar que pase no es consentir, sino más bien una respuesta a una situación traumática.

📍Te recomendamos continuar leyendo: ¿Qué ocurre después de sufrir un trauma sexual?

Características del consentimiento

El consentimiento, en cualquier interacción, especialmente en contextos relacionados con el ámbito sexual y las relaciones personales, debe cumplir con ciertas características esenciales para ser considerado válido y respetuoso. Estos aspectos son:

  • Reversible: puede ser retirado en cualquier momento. Es válido cambiar de opinión.
  • Con convencimiento: surge de un sentimiento genuino de deseo. En lugar de buscar un “no”, es importante asegurarse de obtener un “sí” activo.
  • Dado libremente: debe ser otorgado sin ninguna forma de presión.
  • Específico: contempla situaciones específicas. Tienes el derecho de consentir a una cosa y no a otra. La decisión de consentir es personal y puede variar según las circunstancias.
  • Informado: requiere conocimiento completo de todos los hechos. El consentimiento pleno no puede existir si alguna de las partes involucradas no está completamente informada, especialmente en el caso de menores de edad.

¿Cuándo no es consentimiento?

Existen instancias en las cuales el consentimiento no está presente, lo que constituye a una violación de los derechos y la dignidad de las personas. A continuación explicamos ejemplos de algunas de estas situaciones en las cuales no se puede hablar de consentimiento:

  • Cuando hay violencia o intimidación.
  • Si la persona sobre la que se comete la agresión sexual se encuentra privada de sentido. Cuando no pueda otorgar consentimiento libre.
  • Cuando, a causa de alguna sustancia o de cualquier otra circunstancia, la voluntad de la víctima está anulada.
  • Si la persona padece en una situación mental de la cual se abusa.
  • Cuando el agresor obtiene el consentimiento de la víctima abusando de una situación de superioridad o de vulnerabilidad de la víctima. El consentimiento existe, pero no es libre, por lo que está viciado y es inválido.

Abuso sexual: ¿Por qué pensamos en el consentimiento?

La pregunta sobre el consentimiento surge cuando algunas personas se enfrentan a situaciones de abuso sexual. En estos casos, a menudo tienden a enfocarse únicamente en el evento, pasando por alto la experiencia subjetiva y la dimensión traumática inherente al abuso sexual.

En variadas ocasiones, se busca racionalizar o justificar la conducta del agresor, ignorando el impacto devastador que tiene el abuso en la víctima.

En este sentido, el trabajo y acompañamiento por parte de un equipo de profesionales del área de la salud mental es esencial para reconocer las consecuencias psicológicas y físicas que ha tenido un acontecimiento de ese nivel.

Diplomado en Intervención Especializada en Abuso Sexual: Una Comprensión Psico Socio Jurídica

Para todos los profesionales del área de ciencias sociales, de la salud y la educación que deseen especializarse en la intervención y comprensión del abuso sexual infantil y adolescente, en Adipa tienen la posibilidad de tomar un diplomado junto a un equipo docente experto, liderado por la profesional Mg. Ps. María Teresa Baquedano.

“Este diplomado, al ser interdisciplinario, aborda de manera integral las secuelas del abuso sexual al combinar aspectos jurídicos, sociales y psicológicos. El enfoque contempla la importancia de un tratamiento específico y claro, especialmente en el abordaje del trauma, que trasciende lo psíquico para también involucrar aspectos sociales y jurídicos”, señala la profesional.

En este sentido, al abordaje del trauma no se limita únicamente al ámbito psicológico, sino que también considera el contexto social y jurídico como herramientas para mitigar los efectos traumáticos y establecer nuevas relaciones con la justicia y la ley. Las instituciones también desempeñan un papel fundamental en el proceso de recuperación.

“Un enfoque integral es esencial para profesionales que trabajan en el ámbito de la violencia sexual, ya que este problema afecta más allá del individuo, alcanzando a sus familias y entorno. Este diplomado proporciona herramientas claves para intervenir en esta problemática de manera efectiva, orientar a las familias e incluso informar a los niños y niñas sobre los objetivos del tratamiento”, finaliza Mg. Ps. María Teresa Baquedano.

Referencias

  • Leguil, C (2023) Ceder no es consen1r. Ed. Ned.
  • Springora, V. () El consen1miento. Ed. Lumen.
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