Descripción del programa:
A lo largo de la historia, el concepto de personalidad ha cambiado mucho. En la antigüedad, pensadores como Hipócrates y Galeno creían que nuestra personalidad dependía del equilibrio entre los cuatro humores del cuerpo: sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema. Estos determinaban si una persona era más optimista, melancólica, irritable o calmada. Con el tiempo, especialmente en la Edad Media, las explicaciones sobre la personalidad se relacionaban más con lo religioso, viéndola como algo dado por fuerzas divinas o demoníacas.
Fue en el siglo XIX cuando la psicología empezó a estudiar la personalidad desde una mirada científica. Freud, por ejemplo, introdujo la idea de que la personalidad es el resultado de conflictos inconscientes. Luego, otras teorías, como las conductuales, cognitivas y humanistas, propusieron que la personalidad se forma a partir de la combinación entre lo biológico y las experiencias de vida que vamos acumulando.
Hoy en día, cuando hablamos de trastornos de la personalidad, nos referimos a patrones de pensamiento, emociones y conductas que son rígidos y que causan malestar o desafíos en el día a día. Estos trastornos, descritos en manuales como el DSM-5, nos ayudan a entender mejor cómo ciertos rasgos, cuando son muy inflexibles, pueden interferir en nuestra vida. Sin embargo, el debate sigue abierto, ya que cada vez más se reconoce la complejidad de cómo influyen lo biológico, lo psicológico y lo social en la personalidad.
En este curso se expondrán conocimientos generales sobre personalidad, desde sus fundamentos teóricos hasta las perspectivas actuales, se explorarán las diversas formas en que la personalidad puede expresarse e influir en las relaciones interpersonales, la toma de decisiones, el bienestar personal y la vida cotidiana de las personas. Finalmente se abordará el tema de trastornos de la personalidad y las modalidades de intervención de las que hoy se dispone para su tratamiento.
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