Ps. Nik Mac-Namara Barrenechea
Psicoterapeuta especialista en salud mental LGBTIQANB+ y...
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En conmemoración de este día, te invitamos a leer y reflexionar junto al especialista en género y neurodivergencias, Ps. Nik Mac-Namara Barrenechea, sobre le identidad y el género.
Las personas trans existimos, existimos desde siempre y existiremos al menos hasta que los humanos existan. Esto no es una cuestión de opinión, no es un debate, simplemente es, simplemente somos.
Lamentablemente hoy pareciera ser que el cuestionamiento sobre “qué tal real” o “qué tan objetivo” es el género sólo cobra protagonismo en dos tipos de conversaciones que se construyen para desacreditar a muchas mujeres cis y la discriminación sistemática que han vivido o para poner en duda la existencia (y validez) de las personas trans. Ambas discusiones tienen mucho en común.
Muchas veces encontraremos personas cuestionando a las mujeres sobre las luchas que dicen tener, y el argumento reside en que hoy supuestamente la realidad es distinta, y que vivimos en una igualdad de condiciones. No hay que hacer una investigación ni análisis tan profundo para darnos cuenta que no es así. Algo similar ocurre cuando hablamos de las identidades que no son cis (1).
Tanto el término identidad y el término género son conceptos amplios, que suelen prestarse para confusión, sobre todo porque hay múltiples interpretaciones de lo que entendemos por cada uno de ellos.
Podríamos, por un lado, tomar la idea de género que plantea Butler como una construcción sociohistórica a través de una serie de acciones performativas “El género no tiene estatuto ontológico fuera de los actos que lo constituyen. En esta lectura, el género sería el efecto retroactivo de la repetición ritualizada de performances”(2) y también como algo que no necesariamente está determinado por el factor biológico, “la feminidad no debe considerarse un hecho determinado por la realidad biológica u orgánica, sino que debe entenderse como una construcción social” (3).
Por otro lado, podemos entender el concepto de identidad como la construcción y autorreconocimiento que tiene cada persona de sí misma. Esto es, por supuesto en términos muy
simples, quién eres tú, quién eres tú en este momento, en este contexto y respecto a quienes.
Ahora, sabemos entonces que la identidad y el género son entonces construcciones, esto no significa que sean azarosas ni escogidas. Lo que ocurre, lamentablemente, es que cuando hablamos de construcciones en la sociedad, en la cultura y a través del tiempo, a veces esto es malentendido como “imaginario”, como algo “inventado”. Es importante comprender que sí, efectivamente podríamos reducirlo en términos muy superficiales a que el género es sólo un invento… pero, ¿Qué parte de nuestra identidad no lo es? ¿Es algo “inventado” entonces menos válido, menos real?
La simplificación de la existencia humana y sus procesos cognitivos puede confundirnos, podemos no comprender a profundidad lo que es el género ni la identidad, y entonces creer que las violencias y discriminaciones no son tales, que basta con escoger ser diferente. Hay que tener claro que el género es tan real que ha cobrado un espacio fundamental de construcción social, y si, también es real incluso si no es cis.
Así mismo, la comodidad para hablar de aquello que es ser trans y el rechazo a llamarse o reconocerse como una persona cis es parte del problema. Se ha difundido la idea de que visibilizar nuestra existencia significa inmediatamente una ideología, una especie de agenda perversa.
La exploración de la identidad, y las transiciones de género no amenazan la integridad del ser humano, al menos en mi opinión, sino que más bien son una muestra de todas las alternativas en las que se puede ser en el mundo, una muestra de lo enriquecido que es el ser humano, sus procesos y posibilidades. Estas posibilidades de exploración, lamentablemente, son a veces vistas como una libre elección, y, nuevamente en mi opinión, aunque así fuese ¿Cómo eso entonces es menos valioso? ¿Cómo es que alguien elegiría ser marginade?
La violencia de géneros está presente en distintas áreas, incluso en los movimientos feministas y la persecución a las identidades trans. Así mismo, como han sido violentadas e invalidadas muchas mujeres cis, hoy algunas de esas mismas mujeres (en este caso adolescentes) se han organizado para quitarle la vida a un estudiante trans no binarie. Porque al parecer, las personas trans, seríamos el enemigo, lo diferente, lo que hay que corregir.
Me pregunto hasta dónde van a llegar estas dinámicas, hasta dónde no veremos satisfecho el deseo de censura a nuestras identidades y cómo hemos permitido con tanta soltura que los discursos de transfobia se filtren en todos los espacios “La violencia de género es la forma de violencia más pandémica en el mundo, y no es hasta ahora que somos testigos de un surgimiento de oposición popular a estas formas de violencia” (4).
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El curso en vivo ya se realizó, pero aún puedes inscribirte y ver las sesiones grabadas. Esto no afecta tu calificación y/o certificación. Disponible por pocos días.
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Sesiones 100% en vivo, si no puedes asistir, puedes revisar posteriormente la grabación en tu aula virtual. No aplica para acreditaciones internacionales.
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