Índice
- Desarrollo en la primera infancia……..4:20
- Sincronía psicobiológica de los bebés con sus cuidadores……11:19
- Los 4 elementos de BBB……..18:20
Desarrollo en la primera infancia
[4:20]La neurociencia nos enseña que el proceso de desarrollo es un camino hacia la complejidad y la sincronización que incrementa a lo largo de nuestra vida. Desde que nacemos hasta que morimos, nos vamos sincronizando, conectando y complejizando en la manera en que nos sincronizamos. Adicionalmente, vamos enriqueciendo las herramientas que establecen sus cimientos en los primeros meses de vida.
Podríamos hablar de algunos hitos o momentos en el desarrollo que son especialmente productivos y que implican el desarrollo de ciertas habilidades para la vida. Una de las premisas de este modelo es que nuestro cerebro es un cerebro predictivo cuya principal función a lo largo de la vida es mantenernos vivos. Desde esta premisa, se despliegan todas las demás funciones que tenemos. Todo lo que nuestro cuerpo y nuestro cerebro hacen en la vida es para mantenernos vivos.
Es importante recordar esto, porque a veces creemos que los eventos que ocurren a lo largo de nuestra vida están desconectados entre sí. Lo que la neurociencia, la neuropsicología y las disciplinas afines nos han mostrado es que todos los procesos están fundamentados en esta misión principal del cerebro: mantenernos vivos.
En este proceso de complejización y avance de la conexión y sincronización, hay algunos momentos que vamos a revisar.
Sincronía psicobiológica de los bebés con sus cuidadores
[11:19]Desde el nacimiento, comenzamos a experimentar una serie de sensaciones corporales debido a nuestra absoluta dependencia e incapacidad para valernos por nosotros mismos. Estamos, de cierta forma, destinados a conectar y sincronizarnos con otros, y estamos neurobiológicamente programados para hacerlo. Muchas partes de nuestro cerebro están, por así decirlo, diseñadas para conectar con otros.
Durante los primeros seis meses, una etapa que podríamos llamar “la época del temperamento”, los bebés necesitan ser cuidados por otros para sobrevivir, un hecho evolutivo. Para poder ser cuidados o tener más posibilidades de serlo, los bebés establecen una sincronía psicobiológica con sus cuidadores.
Recientes estudios muestran que tanto el cerebro como el cuerpo de los bebés se van sincronizando con sus cuidadores, emparejando sus ritmos. Esta sincronización abarca tanto la actividad cerebral como los latidos cardíacos, entre otras cosas. El tiempo compartido y las experiencias vividas juntos propician esta primera sincronización, haciendo que estos dos cuerpos funcionen de manera muy similar. Por lo tanto, los bebés, que nacen con este kit neurobiológico de supervivencia llamado temperamento, van regulando su nivel de actividad y funcionamiento para emparejarse con el de sus cuidadores.
Los 4 elementos de BBB
[18:20]Los cuatro elementos del “Big Bang del Bebé”, según este modelo, son los elementos temperamentales que darán lugar a la organización compleja de este ser humano. El “Big Bang del Bebé” es una propuesta de cómo se organiza la experiencia subjetiva del bebé desde su nacimiento con los elementos innatos que trae, y cómo a partir de sus experiencias, se va organizando y dando forma a su manera de estar en el mundo.
Primero, tenemos el “arousal”, que se refiere a la energía o nivel de activación del bebé. Esta activación no sólo se refiere al movimiento físico, que es un indicador importante del nivel de actividad y energía, sino también a la actividad cerebral en términos de atención. En otras palabras, cuán alerta y atento está el bebé. Todos nacemos con una capacidad innata para activarnos o energizarnos.
Luego, está la “valencia”, que tiene que ver con cómo el niño experimenta un estímulo o una experiencia específica, que puede resultar agradable o desagradable para él o ella. Esto es importante, ya que aunque los bebés no experimentan emociones como los adultos, sí son capaces de experimentar agrado o desagrado, lo cual podemos ver en sus comportamientos, como el llanto en caso de desagrado, o la tranquilidad y calma cuando algo les agrada.
En tercer lugar, tenemos las conductas de “aproximación o habituación”, que se refiere a la capacidad del bebé para acercarse o alejarse de una persona o situación. Dependiendo de cómo reaccione el bebé ante estímulos nuevos, podemos determinar si tiende hacia la exploración o la habituación. Es importante buscar un equilibrio, ya que una inclinación excesiva hacia la aproximación puede ser un riesgo, dado que la función principal del cerebro es mantenernos vivos.
Finalmente, está el sentido de “agenciamiento”, que es la capacidad del bebé para sentir que tiene algún control sobre sus cuidadores y su entorno. En otras palabras, es la conciencia de que sus conductas, emociones y estados internos tienen un impacto en los demás y en su ambiente. Este es uno de los elementos más tardíos del “Big Bang del Bebé”, ya que el agenciamiento comienza con las capacidades que el bebé desarrolla para coordinar y ejecutar acciones y movimientos con su cuerpo.
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