Abrazando el dolor: Cómo la terapia emocional puede ayudar a superar el duelo

La terapia emocional es un buen camino para ayudar a las personas a sobrellevar de mejor manera el proceso de duelo.

La pérdida de un ser querido puede afectar no solo la salud emocional, sino también, la vida cotidiana en múltiples aspectos de una persona. En el ámbito psicológico, social, afectivo, emotivo, físico, mental y espiritual.

En este sentido, es importante reconocer que cada persona es un mundo diferente y tiene su propio proceso, necesidades y formas de afrontar el duelo, por lo que la terapia debe adaptarse a ello.

¿Cómo definimos el duelo y la terapia emocional?

El duelo es un proceso de adaptación y expresión emocional, que surge como respuesta frente a una situación que se vive como pérdida.

Lo más común es hablar de duelo frente a la pérdida por el fallecimiento de un ser querido. No obstante, el duelo es una respuesta natural a una pérdida humana o separación. Asimismo, este proceso es una respuesta a cualquier tipo de pérdida, no solo la muerte de una persona.

El duelo es algo personal y único, por lo que cada persona lo experimenta a su modo. A pesar de esto, existen reacciones humanas comunes que abordaremos en este blog.

Por su parte, según la Asociación Americana de Psicología (APA), la terapia emocional es un enfoque terapéutico efectivo y basado en evidencia, que se utiliza para abordar una amplia variedad de problemas emocionales y psicológicos. A través de ella, las personas pueden aprender a manejar sus propias emociones y mejorar su calidad de vida.

Emociones comunes que se trabajan en terapia emocional

Dentro de las emociones más comunes que las personas experimentan durante el duelo y lo trabajan en psicoterapia están:

• Angustia
• Miedo
• Culpa
• Ansiedad
• Sensación de abandono
• Sensación de vacío
• Tristeza
• Impotencia

¿Cuáles son las etapas que trata la terapia emocional?

1. Negación: es el primer sentimiento y emoción que ocurre. Es una etapa de shock, confusión, perplejidad, en donde el sujeto niega todo lo ocurrido y actúa como si nada estuviera pasando.
2. Ira: Cuando ya no se puede negar la realidad del ser querido fallecido, surge la ira hacia el entorno, hacia el fallecido, hacia uno mismo, hacia desconocidos, etc. El sujeto se pregunta, ¿por qué yo?. En esta etapa es importante expresar lo que se siente sin ser juzgado, ya que tras la ira está la tristeza.
3. Negociación: En esta fase la persona guarda la esperanza de que nada cambie y de que puede influir de algún modo en la situación. Un ejemplo típico son los pacientes a quienes se les diagnostica una enfermedad terminal e intentan explorar opciones de tratamiento a pesar de saber que no existe cura posible, o también, quienes creen que podrán volver con su pareja si empiezan a comportarse de otra manera.
4. Depresión: Surge un sentimiento de vacío y profundo dolor en la persona. Siente miedo, tristeza, incertidumbre frente a lo desconocido. En este momento, la persona tiene más cansancio físico y emocional, en donde requiere dormir más de lo usual.
5. Aceptación: Finalmente, después de las fases de negación, ira, negociación y
   depresión llega la aceptación de la pérdida y la llegada de un estado de calma asociado a la comprensión de que la muerte y otras pérdidas son fenómenos naturales en la vida humana.

Factores de riesgo durante el duelo

Existen 3 factores genéricos que pueden alterar el proceso de duelo de una persona.

1. Factores situacionales: puede ser una muerte inesperada, una muerte con aspecto violento, o se puede tratar de un suicidio.
2. Factores personales: edad, género, personalidad, antecedentes físico-patológicos, pérdida de figuras parentales, reacciones emocionales muy intensas.
3. Factores interpersonales: vínculo de dependencia del doliente hacia el fallecido, percepción de escaso apoyo emocional, o relación ambivalente entre ambos y ausencia.

¿Cómo identificar problemas en el proceso de duelo?

Dentro de las señales que una persona puede demostrar en el camino del duelo, tiene como características:

• Llanto excesivo.
• Pensamientos continuos de culpa, de desesperanza y no tener valor alguno.
• Imposibilidad de realizar tareas diarias.
• Comer demasiado o muy poco.
• Sentimiento de miedo todo el tiempo.
• No poder estar solo.

¿Cuándo pasan a ser conductas riesgosas en el proceso de duelo?

Una persona que ha pasado los límites y comienza a generar conductas peligrosas que atentan contra su propia vida, pasa a ser esencial y primordial la ayuda de un especialista y la terapia emocional.

Se pueden ver así:

• Abuso de alcohol y drogas.
• Manejar sin cuidado o tener conductas de riesgo.
• Sentir enojo que se escapa de control.
• Sentir que se está “volviendo loco”.
• Dificultades para relacionarse.
• Tener pensamientos sobre la muerte o el suicidio.

Frente a esto, existen un sinfín de desafíos que se presentan en el ciclo del duelo.

Desafíos principales a enfrentar